Monterrey, México.- Tras los catastróficos resultados del domingo 5 de junio, donde el Partido Revolucionario Institucional solo logró obtener la victoria en cinco de doce estados: Hidalgo, Oaxaca, Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas; quizás el dato más importante sea su derrota en Durango, Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo, entidades donde nunca había perdido el tricolor.

El Comité Ejecutivo Nacional, comandado por quien fue considerado el Frank Underwood mexicano en los primeros meses de su presidencia, había anunciado en los días previos a los comicios que se ganarían al menos nueve gubernaturas, demostrando la fortaleza del partido en el gobierno.

Al cerrarse las casillas, la primera declaración de Manlio Fabio Beltrones fue de confianza, evitando dar números, pero asegurando que los mexicanos, con su voto, habían decidido darle la oportunidad al PRI de gobernar sus estados. Los resultados negaron su versión. El Revolucionario Institucional recibía una “cachetada con guante blanco” de parte de los electores, obteniendo los peores resultados de su historia.

¿Qué había fallado? Al interior del partido se habló de una mala estrategia en la operación de la estructura, traición de liderazgos estatales y un mal manejo de la comunicación electoral. Fuera lo que fuera, el PRI tenía que dar la cara. El PRI tenía que explicarle a sus militantes, pero sobre todo a la ciudadanía, el futuro de una institución que parecía estar muerta.

Manlio Fabio, a través de un video, aseguró que los resultados de las elecciones les habían dado “…reveses y lecciones”, obligándolos a reflexionar a fondo su accionar y favoreciendo la transformación del priísmo. Lo anterior significaría la búsqueda de “…una reconexión con la ciudadanía, con sus causas y sus comunidades”. Así, con una frase demoledora, Beltrones destacó que “…ningún triunfo ni ninguna adversidad es para siempre”, pensando en futuras victorias tricolores donde se logre que “…las cosas buenas pasen en nuestro país”.

Lo que Beltrones no mencionó en el video, ni en futuras apariciones, es que la leyenda del gran operador político se había derrumbado, así como su deseo presidencial y el de los principales aspirantes priístas. Beltrones tampoco pareció entender que el PAN no se posicionó como el gran ganador de las elecciones por su calidad moral como partido, sino por la corrupción, la violencia y las imposiciones de los líderes priístas, nacionales y estatales, que jugaron sus cartas buscando comerse el pastel completo, sin ofrecer alternativas a una ciudadanía cansada de gobiernos vulgares e irresponsables.

Pero el camino por la presidencia se reanudaba el lunes 6 de junio, presentándose nuevas oportunidades para demostrar un cambio y recuperar la confianza perdida. La primera, de gran calibre, fue la votación en el Senado de la #Ley3de3.

En una estrategia que parece tiene como objetivo la inminente derrota política, los legisladores priistas decidieron oponerse a una iniciativa que busca “…forjar gobiernos más honesto e íntegros, reduciendo riesgos de corrupción”, tras hacer públicas su declaración de impuestos, de patrimonio y de intereses.

Con su negativa, el PRI se echó encima a importantes organizaciones civiles y académicas, líderes de opinión y a los 634, 143 ciudadanos que con su firma exigieron un cambio en la clase política mexicana. En otras palabras, el Revolucionario Institucional se auto boicoteó. El PRI, en lugar de buscar votos, trabaja en su desastroso final. El dinosaurio no se había ido, regresó, pero retrocede a pasos acelerados por decisión propia.

A dos años de las elecciones presidenciales, parece que no entendieron que la gente no los quiere. Pero bueno…yo insisto y le pregunto a los priistas ¿no les quedó claro?

E-mail: patriciomorelosm@gmail.com

Twitter: @patomorelos

Patricio Morelos

Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política en el Tecnológico de Monterrey-Campus Monterrey.

Tiene una Especialidad en Gestión de Gobierno y Campañas Electorales por la Universidad Camilo José Cela de Madrid y cuenta con estudios complementarios por El Colegio de México y la CEDHNL.

Participó en el último proceso electoral como asesor de estrategia, discurso y redes sociales.