Ciudad del Vaticano, (Notimex).- El Papa Francisco llamó hoy la atención ante el “drama” de los niños desaparecidos, los abandonados, los sometidos a trata y a la explotación, durante su audiencia pública semanal en la Plaza de San Pedro.
Ante miles de personas recordó que este 25 de mayo se celebra el Día Internacional de los Niños Desaparecidos y aseguró que es un “deber de todos” proteger a los infantes, sobre todo aquellos expuestos a un elevado riesgo de explotación, trata y “conductas desviadas”.
“Deseo que las autoridades civiles y religiosas puedan sacudir y sensibilizar las conciencias para evitar la indiferencia ante el drama de los niños solos, explotados y alejados de sus familias y de su contexto social, niños que no pueden crecer serenamente y mirar con esperanza el futuro”, clamó.
Luego invitó a todos a rezar para que cada uno de los niños desaparecidos sea restituido al afecto de los propios seres queridos.
Al momento de sus saludos en varios idiomas, el líder católico recordó los atentados terroristas del lunes en la “amada Siria” y que dejaron más de un centenar de civiles muertos.
“Exhorto a todos a rezar al padre misericordioso y a la Virgen para que done el reposo eterno a las víctimas, el consuelo a los familiares y convierta el corazón de cuantos siembran muerte y destrucción. Todos juntos rezamos a la Virgen”, llamó.
Entonces comenzó a recitar un Ave María en voz alta, a cuya oración se sumaron todos los presentes. La serie de atentados terroristas golpeó las ciudades costeras de Latakia y Tartous, la autoría la reivindicó el grupo extremista Estado Islámico.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, el número de víctimas fue de 142 por el ataque más sangriento desde que el pasado 27 de febrero se selló en Ginebra un alto el fuego parcial con la mediación de la Organización de las Naciones Unidas.
En su catequesis, pronunciada durante la audiencia de este miércoles, el Papa afirmó que Dios “escucha rápidamente” a sus hijos, aunque eso no significa que lo haga en los tiempos y en los modos que ellos quisieran. “¡La oración no es una varita mágica! ¡No es una varita mágica!”, advirtió.
