La campaña de FRANCISCO CABEZA DE VACA está plasmada de cinismo.
Su proceder en esta campaña electoral descobija un sistema político corrupto y corruptible, mismo que lo ha protegido, por el hecho de viajar en un vehículo oficial como si fuera Senador de la República en vigencia, sin que nadie le diga nada.
En realidad está mostrando “charola”, como diciendo, el fuero federal me protege y no hay nada que ninguna autoridad pueda hacer contra mí. Soy Senador (con licencia) y por tanto soy intocable.
Es decir, actúa con dos licencias, la de senador y la de candidato.
Desde su linda boca dice que combatirá la delincuencia pero se hace acompañar por delincuentes; y a decir de muchos, tiene ligas con las fuerzas oscuras pues de otra manera, cómo habría podido hacerse de un par de mansiones (en México) cuyo costo rebasa los 107 millones de pesos.
En realidad Cabeza de Vaca no anda en paz, ni tampoco tranquilo.
Con tan pesada losa en su conciencia, como va a andar en paz. Ha de traer el alma en un hilo y el fantasma de la tragedia que ocurrió hace casi 6 años en ciudad Victoria contra un candidato del PRI lo ha de atormentar.
Teme con pavor a una fracción del crimen organizado en Tamaulipas, no a las dos, pues con la contraparte él está bien en materia de negociaciones, a tono y en la misma frecuencia.
Si no, cómo se explica que en Mainero, Villagrán e Hidalgo, tres municipios colindantes uno de otro y dominado por cierta fracción de los Hombres de la Noche, se hayan aliado conjuntamente para respaldar públicamente su proyecto.
Es por ello que para trasladarse de una ciudad fronteriza a otra, por ejemplo de Matamoros a Nuevo Laredo, prefiere viajar por toda la franja norteamericana, más no por este lado del río Bravo, es decir, no por México, como lo acabó admitiendo frente a reporteros del diario regiomontano El Norte.
Su vehículo (suburban) está blindado, pues es capaz de soportar ráfagas de hasta 50 tiros por segundo, que son los mismos que dispara una metralleta AK 47.
Los disparos que para cualquier civil deberían ser mortales, para él no lo son. En este caso las balas le harían lo que el aire a Juárez.
No sabemos que negocios haga Cabeza de Vaca con el sistema político mexicano al permitir su candidatura a gobernador, llevando tan pesado lastre detrás de él, aunque sospechamos que supo mover muy bien sus influencias para alcanzar la candidatura sin ser molestado.
Cabeza de Vaca se volvió la antítesis del apego al derecho y a la ley, pues en otros países tan solo por el hecho de comprobar la propiedad de dos mansiones cuya tasación supera los 107 millones, tan solo en México, abríase iniciado una averiguación penal con consecuencias en su contra.
Por eso repetimos, el hecho de llevar la suburban anti-ráfagas propiedad del senado de la república tiene un par de implicaciones cuando menos.
Y a través de esas implicaciones Cabeza de Vaca manda mensajes y señales, casi todas revestidas de soberbia.
Una, exhibir la impunidad con que actúa desde hace más de una década, factor que sirve para alimentarle su esplendoroso ego; y dos, presumir un poderío político tan grande y expansivo, que a estas alturas todo lo ilegal parece importarle poco.
La ley está bajo sus pies. Y hace lo que él quiere con ella.
No en balde nadie lo toca.
A pesar de que el máximo axioma natural del derecho y la justicia es, a saber, nadie está por encima de la ley. Y que sobre ese axioma se mueve todo.
Independientemente de lo sofocante y sorprendente que ha sido la campaña por la gubernatura de Tamaulipas, Tamaulipas está siendo visto por politólogos de todo el mundo.
Cierto, a Baltazar Hinojosa Ochoa le ha faltado agresividad y contundencia a la hora de lanzar sus golpes.
Se ha centrado en dirigir su mensaje a los intestinos del PRI, es decir a su listado clientelar, a su estructura.
Pero no debe olvidar que cada día en campañas políticas las reglas cambian.
Si Cabeza de Vaca está logrando despertar la conciencia de la sociedad civil, Baltazar Hinojosa Ochoa debe hacer lo mismo y no ignorar el hecho.
La sociedad civil saldrá a votar, créalo. Si la mercadotecnia de Cabeza de Vaca da buen resultado, obligará a su oponente, el priista Baltazar Hinojosa Ochoa a enderezar el rumbo y a reconfigurar la campaña.
Estamos en la mitad de la campaña, resta exactamente un mes para que los 60 días de campaña finalicen; y el matamorense es hora de que le inyecte a su proyecto un supremo dinamismo.
Las críticas al PRI es que desde que inició la campaña está basándose en alimentar a su propia estructura, y no dirige su mensaje a los foráneos, a los no priistas.
Pero si sus operadores políticos entienden, sabrán que es hora de poner a su candidato a caminar.
Pues en el sudor y el cansancio es donde ciudadanos y políticos logran hacer el más perfecto clic.
Bien, por ahora es todo, nos vemos pronto.
