“Las cosas pequeñas, divierten a las mentes pequeñas” Doris Lessing. Premio Nobel de Literatura 2007.
LO CLARO. ¿Cuál sería el primer mandamiento ciudadano a nuestros gobernantes?
Sin duda: preservar la salud. Le siguen la educación; garantizar la seguridad y acceder a una fuente de empleo digna. En ese orden.
La observancia de la salud, es la base de la sustentabilidad.
En Tamaulipas, el mandatario estatal Egidio Torre Cantú promueve y encabeza la realización de 1 millón 270 mil actividades tendientes a la prevención de enfermedades y el combate de las mismas.
En el marco de la Primera Semana Nacional de Salud, a partir del 20 de febrero, los organismos de medicina (Sector Salud, Consejo Estatal de Vacunación, IMSS, ISSSTE, COEPRIS) unirán esfuerzos en la realización del trabajo de campo que permita que la aplicación de la vacuna Sabin, contribuya a mantener en excelentes cifras, el combate y erradicación de la poliomielitis.
Primero la salud.
LO CLAROSCURO. ¿Recuerda usted a BANRURAL? Cómo no recordar al banco que apoyaba al desarrollo del campo.
Su historia data de 1935 y su costo de subsidio para la liquidación, significó 150 mil millones de pesos.
Su virtud era empoderar al mercado agrícola y sus debilidades eran los 20 mil aviadores burócratas, sumado a los créditos a militares, a campesinos y a burócratas –impagables- y los 50 mil millones de pesos que significó la desaparición de ANAGSA. La institución que garantizaba los créditos a la banca rural.
Su achicamiento, la transformó en una imperceptible financiera rural. Que fiduciariamente opera con números negros, porque el apoyo ya no llega al fortalecimiento del campo. Como era el principal objetivo de la entonces banca de segundo piso, BANRURAL. (Ni huele, ni hiede… dicen en el rancho)
Ahora entenderemos por qué tanta historia.
La volatilidad financiera y consecuente debilidad de la economía mundial, será el tenor que privará por un lapso prolongado. Un déficit público mexicano de 638 mil millones de pesos, será la sombra que sopese en los hombros de cada mexicano.
Así lo observó la COPARMEX en un llamado a las autoridades en materia de economía mexicana. La obligada reducción de gastos, debe ser la imperante en la alta burocracia.
Conforme a la estrategia de crecimiento del sector financiero, el tesorero de la nación hizo una recomendación adusta al entonces nuevo director de la paraestatal, Emilio Lozoya. Traído ex profeso de Europa a hacerse cargo del mayor aportador al gasto público de la nación.
Le dijo: “recortes: adelgazamiento de la planta”.
En contraparte, el muy joven Lozoya, no sólo contradijo el mandato del ministro. Espetó que el organismo debía sustentar su crecimiento en el capital humano y buscar que no se le quitaran recursos, en vías de potenciar a la entidad paraestatal.
En franco contrapunteo, se va a dormir el sueño de los justos, quien aspiró alguna vez a ser tomado en consideración en la terna de presidenciables.
Y llega con los exabruptos de parentescos y demás asegunes, José Antonio González Anaya.
Su misión, es dar cuenta de las instrucciones de Videgaray.
En comparación de 2015, PEMEX tenía una plantilla de 136,543 trabajadores. Amanece 2016 con 125,598. Ya hay cerca de once mil trabajadores menos. Y descontando…
El recorte de 62 mil millones de pesos de su presupuesto, es el primer aviso del
achicamiento a la empresa en liquidación.
En muy poco tiempo, dará la similitud con el resultado del BANRURAL. El organismo encargado de los petróleos mexicanos, será despachado mediante un imberbe ‘outsourcing’ que controle a los verdaderos operadores de las gasolinas.
Que de nada se lamente Lozoya. Apenas a tiempo dejó la estafeta a la consecuente liquidación…
COLOFON. Según datos de la misma paraestatal, en 2011 era México –PEMEX- el cuarto productor de crudo en el mundo. Hoy igual que BANRURAL; de ser el universo total, se reducirá a su mínima expresión. Pasando a ser protón, electrón hasta ser un ínfimo quark –ya no tiene división-.
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