En la lucha por nominar a 43 tamaulipecos, hombres y mujeres, para las candidaturas a alcalde, el Partido Revolucionario Institucional ha echado mano de lo que consideran, es lo mejor para contender y seguir gobernando, recuperando espacios donde los perdió, y alcanzar un triunfo inobjetable en las elecciones próximas.
Dentro de los métodos, habrá seguramente alguno que otro grupo político o aspirante que no esté de acuerdo con lo que se lleva a cabo: es natural, en un régimen democrático, que haya desencantos, pero la norma es alinearse con la mayoría, sin que lo anterior sea ser agachón, sino simplemente, tener la disciplina de acatar lo que las mayorías disponen.
No siempre nos tienen o deben dar gusto, y eso que quede claro, y aquí cabe la mención para esos renegados que, cuando no son nominados hacen su capricho y se van por la oposición: Magdalena Peraza es un claro ejemplo de ello: fue priísta, luego abandonó el barco, y otra vez vuelve con la idea de repetir.
Lo anterior deja desconsuelo y desencanto en el priísmo tampiqueño, porque pareciera que no hay otra persona en el mundo que la mujer que ya una vez traicionó sus postulados e ideales; surge la interrogante de si será buena gobernante en caso de ganar, o traicionará la confianza del partido que la postula y los electores que le siguen.
Ese tipo de personas son las que afectan los procesos, y la decisión, no sabemos exactamente qué la ha orillado a ser de ese nivel, pero seguros estamos que en la sociedad hay desencanto, y eso puede acarrear consecuencias.
En Victoria, se perfila Oscar Almaraz Smer como candidato de unidad en un proceso que, supone ser competido pero no difícil para el PRI, dado que la oposición no presenta alguna carta importante que pueda arrebatar el triunfo.
Almaraz es un hombre que conoce su municipio y lo conocen, le tienen confianza y se espera mucho de su gobierno, luego de que llegue al triunfo venidero.
Hay dudas en algunos candidatos como es lógico, pero finalmente la elección es un proceso que se lleva a cabo para buscar el triunfo. Si ya se supiera quien ganara, no tendría caso hacer campaña ni elecciones. Antes del triunfo está la etapa de convencimiento a la sociedad, y aplica a los 43 municipios.
Pendiente se encuentra Jaumave, un municipio que tiene la sombra del cacique en la postulación, pero al esperanza de una novel política que “amenaza” con hacer un gobierno que saque a Jaumave del anonimato.
Matamoros, Madero, Reynosa… municipios con una alta densidad poblacional e influencia importante en las decisiones estatales espera a sus hombres y mujeres para confirmar un proceso completo en el que se busque un triunfo contundente en cada uno de ellos.
El resultado se dará luego de que quienes contiendan hagan su labor de proselitismo y puedan convencernos a todos de que son la persona ideal para gobernar.
Seguirán las diputaciones, tanto plurinominales como de mayoría, es decir, las que otorga el partido y sus dirigentes a los amigos, y las que el ciudadano elige para ser representantes populares.
Falta aún mucho pero no tanto, y estamos ya en el tiempo en que se darán sorpresas y muchas cosas más, pero la espera para algunos es eterna, aunque para otros es algo que ya se vislumbraba, y augura un resultado más que conocido por todos.
Hay que ver cuando inicien las campañas y los análisis ciudadanos, para otorgar lo más valioso que cada uno tenemos: la confianza en quien decidiremos que sea nuestro gobernante, en el estado, en los municipios, y nuestro representante ante el Congreso tamaulipeco.
Una difícil decisión, que puede dejar buenos o malos dividendos, por tres años… o por seis.
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