Hoy en día, muchos tamaulipecos están que “trinan” de coraje por los acontecimientos que se sucedieron en torno a la candidatura del PRI a la gubernatura del estado; los que jugaron otro equipo y no fueron elegidos por quien decide –malamente- en el país, tienen mucho coraje y lo anterior se presenta no únicamente en el PRI, sino en los partidos de oposición, tales como el PAN y el PRD, aunque éste último, sabemos, busca únicamente no perder “la gorda”, es decir, juntar su porcentaje de rigor para seguir succionando el presupuesto oficial y vivir sin trabajar.
Otros partidos hacen lo mismo, y el escenario es similar, sin embargo, hay quien, como dicen los viejos, suda calenturas ajenas, es decir, anda más que preocupado por los de enfrente y no se concentra en su trabajo.
El más claro ejemplo lo vemos con esa gente opositora el régimen que actualmente tiene la jettatura en Tamaulipas para gobernar, y no se entiende la manera en que alguien les pueda quitar esa preferencia electoral, que, aunque muchos no estemos conformes con lo que vemos, es, digámoslo así, lo menos malo, o lo que hará menos daño.
Ya Baltazar Hinojosa Ochoa conforma su equipo de trabajo y espera los tiempos de ley para su registro, tanto en el partido como en el Instituto Electoral, y entonces, según calendarios y requisitos, llevar a cabo una campaña electoral en todo el estado, donde se conoce su trayectoria y propicia el que la gente pueda apoyarle o no en los comicios venideros.
Y es donde se establecen los equipos de trabajo, y algunos que conformaron otra apuesta electoral quieren posiciones dentro de lo que es un comité de campaña.
Falta mucho aún para ser registrados, hacer campaña, ganar y gobernar, y entonces, será cuando Baltazar tenga la urgencia o necesidad de conformar un equipo de trabajo acorde a las necesidades del estado y su gente.
Antes, solo son patadas de ahogado, como dijera la abuela.
Pero esos que viven con amarguras no pueden ser felices, y aplica a políticos, aficionados al deporte, a la música y cualquier actividad en la que estemos involucrados los seres humanos.
Y esos desplantes de amargura no funcionan, no construyen y, por el contrario, destruyen cualquier cosa que tengamos enfrente.
Quienes tenemos la bendición de contar con un trabajo sabemos que hay que hacer muchas cosas, aunque algunas no sean de nuestro agrado.
Es bueno manifestar un desacuerdo parcial y proponer soluciones desde nuestra óptica, pero no quiere decir que se tenga que hacer todo como nosotros queremos.
De esa forma, habría que vivir solo en un monte.
Es así como se sugiere a esos que sufren amarguras porque su candidato no quedó, entender que es un proceso político y hay muchas cosas que desconocemos y se dan, nos guste o no, y seguirán siendo visibles todos los años que faltan.
Pensar en construir mejor que destruir, ayudará a nuestra gente a posicionarse mejor: los malos sentimientos o “vibras” como algunos le llaman no caben en estos tiempos.
Si el PRI desea ganar, habrá que establecer políticas que construyan y unifiquen, que es una de las grandes claves.
No caer en las provocaciones que surgen de otros institutos políticos, en boca de quien tiene mucha, pero mucha cola que le pisen y desea ganar por ganar, porque no ha hecho un pronunciamiento de lo que haría en caso de que se llevara la victoria.
Hay mucho que hacer y construir, y es tiempo que todos los miembros del mismo partido se ponga la pila, aunque hay que entender que se debe comenzar con los que dirigen, mismos que a veces no entiennden tan importante paso.
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