En la práctica ya conocemos a los precandidatos (formales, candidatos únicos) de cada partido político; van a ser 8, aunque falta por definirse dos, uno de ellos el Movimiento Ciudadano y se prevé que el candidato sea Gustavo Cárdenas. Con esta decisión de todos los partidos políticos, vienen a evidenciar solo un hecho: no conocen la democracia interna y, como quien dice, se burlan de la Constitución Política del país.
¿Por qué nació, en términos constitucionales, el concepto de “precampaña”? Creo que para validar en los hechos algo que sucedía invariablemente antes de una campaña electoral. Cuando se rompe el paradigma del “tapado” en el PRI, decían que para salir en la foto había que moverse, así que más de uno, hacia lo que se conoce como “precampaña”, pero no estaba regulado.
Para legitimar esas acciones, fue como el legislador estableció lo que hoy se conoce como “precampaña”: la oportunidad que tienen, digamos, los militantes de cada partido, de conocer a sus correligionarios que ambicionan ser candidatos a un puesto de elección popular. Sin embargo, los partidos burlan ese mecanismo y utilizan el procedimiento de “candidato único”.
Le quitan a la militancia partidista la oportunidad de conocer a quienes, dentro de su partido, ambicionan ser candidatos y, además, le escamotean a esa militancia la capacidad de escoger, de elegir, a quien consideran que es el mejor candidato. Si vemos lo que sucedió en la entidad, prácticamente en todos los partidos políticos, ya tienen un solo “precandidato” y ha sido elegido por una decisión cupular: luego, de una u otra manera, cada partido cumplirá, hará la decisión formal.
En términos formales, Baltazar Hinojosa Ochoa (PRI), Francisco Javier García Cabeza de Vaca (PAN), Jorge Valdés (PRD), Ebdies Pineda Morín (Encuentro Social), Héctor Garza González (Morena), Francisco Chavira Martínez (independiente), ya pueden hacer actos de proselitismo, de precampaña, con todo y que, en su partido, no tienen contrincante, porque así lo decidió la cúpula partidista.
En la legislación electoral se considera que un “precandidato” es el ciudadano que participa en la elección interna de algún partido político, cuya finalidad es obtener oficialmente la candidatura del partido político para desempeñar un cargo de elección popular”. Y por precampaña electoral se considera “la actividad política que realizan los precandidatos de algún partido político, dentro del periodo de precampaña en el proceso electoral, con la finalidad de obtener la candidatura oficial de un instituto político para postularse a un cargo de elección popular”.
¿Cómo explicar lo que está sucediendo en cada partido político? Que la ciudadanía, la militancia de cada partido, son burlados; que una cúpula partidista cuyos intereses no necesariamente coinciden con la mayoría militante, son los que deciden quién es el “candidato”, que les quitan la oportunidad a otros militantes de ser vistos y votados internamente. En el caso del PRI, la explicación es la “disciplina partidista”, porque ellos, antes, al firmar un pacto, aceptan, reconocen, que están de acuerdo en que la decisión sea del partido.
Siguiendo con el PRI, porque es el más conocido, se entiende que fue el Presidente Enrique Peña Nieto el que decidió que sea Baltazar Hinojosa Ochoa el candidato; y lo mismo sucedió en el PAN, el CEN decidió que García Cabeza de Vaca sea el candidato único. En conclusión: la burocracia política partidista, como dueña del poder partidista, le escamotea a la militancia la oportunidad de hacer un ejercicio democrático.
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