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Grupo folclórico de Rumania desea que música popular gane lugar a la comercial
Szkojáni Charlatans se formó en el año 2012, cuando Kjartan Code y Janos Bito se conocieron en Rumania, y le apostaron junto con otros músicos a difundir la música de Transilvania y gitana
Por: Baldemar Mijangos/Tampico
17/01/2016 | Actualizada a las 17:02h
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Tampico, Tamaulipas.- “Siempre hemos estado produciendo música a contracorriente”, así respondió Kjartan Code, violinista del grupo Szkojáni Charlatans, sobre qué tan difícil es impulsar las melodías vernáculas cuando grandes disqueras promueven la música comercial.
Agregó que su gusto por difundir la música folclórica los ha llevado a viajar por Europa, Estados Unidos y ahora en México, optando por las exhibiciones en lugares pequeños, incluso en banquetas o plazas públicas, como lo hicieron en Tampico.
Szkojáni Charlatans se formó en el año 2012, cuando Kjartan Code y Janos Bito se conocieron en Rumania, y le apostaron junto con otros músicos a difundir la música de Transilvania y las costumbres gitanas, encontrando un público ávido de dicho arte.
En sus letras abordan sus viajes por el mundo, el amor, las fiestas de las familias y las tristezas, además de los momentos que viven las personas por no tener dinero, comentó además Victoria Code, mánager de la banda tradicional,
Aunque viven de los conciertos con grandes multitudes prefieren tocar su música sin el uso de micrófonos o amplificadores para públicos pequeños, porque es la manera en que el lenguaje de la música logra atraer a más personas que oyen algo diferente camino a la casa o al trabajo.
“La música folclórica siempre se relaciona con el lugar, uno va a un lugar y lo escuchas, acá en México hay muchos grupos nuevos de música folclórica; siempre que vamos Estados Unidos o ahora en México tratamos de tocar donde se presenta la música tradicional, pero trayendo nuestra música gitana, de esta forma difundimos la tradición”, dijo Kjartan Code, violinista del grupo rumano Szkojáni Charlatans.
Hoy nos encontramos, dijo, en una ‘era de la restauración’, ya que quedan pocos maestros antiguos de la música que creaban justamente esa música tradicional gitana, es por ello que están retomando esas melodías antiguas para traerlas a los nuevos públicos, además de que con música nueva se rescatan letras antiguas folclóricas, como una forma de no olvidar dichas tradiciones.
“Siempre hemos ido a contracorriente, desde nuestra adolescencia lo hemos hecho, gracias a que no tenemos una firma (disquera) nos permite no estar atados a un solo organizador, y podemos hacer más cosas por nuestro lado, sin que nos obligue una disquera, por ejemplo ahora que venimos a México”, reiteró Kjartan Code.
Dijo además que en tanto el mundo se llena de población está emergiendo una comunidad de jóvenes que están prefiriendo volver a sus raíces, y tratan de rescatar la música de folclor, pues la música ‘pop’ está donde sea y ofreciendo lo mismo, y se contrapone a lo que buscan en la folclórica de rescatarla y estudiarla, incluso provocando que busquen vivir en comunidades en lugar de las grandes ciudades.
Janos Bito, acordeonista del grupo Szkojáni Charlatans, dijo en entrevista que prefirió este instrumento luego de que en Rumania la mayoría de los músicos prefieren el piano, el violín o la guitarra. “Es un instrumento muy versátil para tocar, y además me permite tocar varios tipos de música en los países que visito”, destacó Janos Bito.
Szkojáni Charlatans tiene fechas en México, entre ellas, en la ciudad de Querétaro, el 19 y 20 de enero; y el 28 y 29 en el Distrito Federal en un gran concierto organizado por Red Nose Army. En febrero estiman presentarse en Xalapa, Oaxaca y en el puerto de Veracruz.
Tienen tres discos en producción propia, “Skogen”, “Carpathian and Gipsy Folk” y “Lastdrop”, aunque preparan un cuarto material, mismos que se podrán consultar en su página de internet www.szkojani.com.
Grupo folclórico de Rumania desea que música popular gane lugar a la comercial, así lo dijo Kjartan Code, violinista del grupo Szkojáni Charlatans Fotografía Baldemar Mijangos