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Sección: Editoriales / La Ley de Herodes

Cuernavaca: Del voto útil al “voto idiota”

Por: Miguel Ángel Isidro 12/01/2016 | Actualizada a las 08:35h
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De un tiempo a la fecha, la capital del estado de Morelos se ha convertido en un territorio políticamente impredecible.

Desde 1997, cuando por primera vez un partido distinto al PRI conquistó la titularidad del Ayuntamiento de Cuernavaca, los habitantes de la internacionalmente famosa “Ciudad de la Eterna Primavera” cayeron en cuenta de que la alternancia política era parte de una nueva realidad, y que como tal, ha llegado para quedarse.

De ese tiempo a la fecha, han desfilado por la capital morelense gobiernos emanados del PAN y del PRI. El PRD no ha podido llegar a la alcaldía, pese a ser el partido que actualmente ocupa la titularidad del Poder Ejecutivo estatal en Morelos. Su oportunidad estaba planteada en las elecciones locales del año pasado, pero los electores optaron por tomar otros derroteros.

En un hecho inusitado, combinación de factores diversos, pero sobre todo como resultado del hartazgo popular, en los pasados comicios locales, el electorado cuernavacense optó por una decisión insólita: decidió dar su voto mayoritario a una fuerza política emergente –el Partido Social Demócrata (PSD)- y con ello elegir como presidente municipal al ex futbolista Cuauhtémoc Blanco Bravo, personaje tan popular como polémico.

Mucho se ha dicho y escrito acerca de las circunstancias en las que el ex jugador de las Águilas del América llegó, primero a la candidatura y posteriormente a la alcaldía; lo cierto es que, a pesar de que se conoce de su escasa preparación y de su temperamento bronco, en términos legales, “El Temo” fue el gobernante elegido por los ciudadanos de Cuernavaca, situación que se ha interpretado como una expresión de hartazgo a las principales fuerzas políticas: el PRI, que acababa de ser gobierno durante dos trienios; el PAN  que durante doce años ejerció el mandato municipal, y el PRD, que actualmente es la fuerza gobernante en Morelos.

Tanto el periodo de gobierno electo como el arranque de la administración municipal de Cuauhtémoc Blanco ha sido controversial y tortuoso. Por un lado, todavía como alcalde electo entró en abierta confrontación con el gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu por el tema del control de la seguridad pública, externando su rechazo a la operación del Mando Único Policiaco instaurado en Morelos como entidad piloto de un proyecto federal en la materia; el asunto se resolvió de manera abrupta con un golpe estratégico del Ejecutivo estatal, que incluyó la imposición por decreto del mando policiaco en Cuernavaca y otros 14 municipios, y una temeraria campaña mediática del gobernador Ramírez, en la que ha hecho delicados señalamientos al bisoño alcalde Blanco Bravo y a sus jefes políticos así como a algunos de sus presuntos socios de negocios (como el caso del empresario José Manuel Figueroa), a los que sin mayor recato acusó de estar coludidos con la delincuencia.

Adicionalmente, “El Temo” ha enfrentado una fuerte oposición al interior del cabildo municipal, donde se ha conformado un bloque antagónico que ha sido bautizado por sus orquestadores como el “G-9”, en el que participan concejales del PRD, PRI, Movimiento Ciudadano, Partido Verde y Encuentro Social, así como, en el colmo de las complicaciones, dos regidoras del Social Demócrata, partido que llevó al actual alcalde al poder.

La situación se ha complicado a tal grado que apenas en la primera semana de gestión del nuevo ayuntamiento, fue literalmente imposible celebrar una sola sesión ordinaria de cabildo; y el pasado fin de semana, en un acto de abierta rebeldía, los regidores del G-9 celebraron una sesión de cabildo sin la presencia del presidente municipal y la síndico, buscando imponer una serie de nombramientos a contrapelo de los acuerdos preliminares tomados entre las distintas fuerzas políticas, obviamente buscando atar de manos a Cuauhtémoc Blanco y a sus aliados políticos, los hermanos Yáñez, dueños de la franquicia del PSD en Morelos.

El punto es que indistintamente a los argumentos políticos y hasta judiciales que se han esgrimido, de las acusaciones mutuas y las recriminaciones a grito en pecho, el tiempo sigue su curso y las labores del gobierno municipal en distintos frentes permanecen bloqueadas por la cerrazón y el encono de unos y otros, provocando trastornos en la prestación de los servicios públicos y la necesaria recaudación de recursos para la ya de por sí lastimada hacienda municipal.

¿Hasta qué punto es válido que los intereses de partido o grupo afecten a la mayoría?

Resulta complicado ponerse de lado de cualquiera de los bandos involucrados en este nudo gordiano. En ambos extremos sobreasalen intereses y complicidades sumamente cuestionables, pero lo real es que tanto en el equipo de Cuauhtémoc Blanco como en el mentado G-9 y sus promotores lo que salta a la vista es el interés de camarillas por apoderarse del control del gobierno y los recursos del municipio como coto de poder y premio de caza. Algo inadmisible en una ciudad presionada por un explosivo crecimiento y carencias en todos los órdenes de la vida pública.

En alguien debe imperar la prudencia. Lamentablemente el Ejecutivo estatal ha mostrado de sobra haber tomado partido en este conflicto, y el Congreso del Estado de Morelos tiene una confiabilidad política equiparable a la de la Casa de la Risa. Y en la Federación andan más ocupados tratando de destrabar sus propios yerros como para asomarse a interceder en favor de los atribulados ciudadanos de Cuernavaca.

Lo más delicado, es que el desastre político que se está gestando en Cuernavaca puede enviar un nefasto mensaje a los electores, en el sentido de que independientemente de que puedan castigar con su voto a los partidos políticos cuando no brinden resultados como gobierno, poco podrán hacer para frenar sus abusos ya montados en el complejo entramado de las decisiones gubernamentales. Es momento de revalorar el voto consciente, y por ello, sería muy saludable de que antes de votar por un personaje carismático o popular para una alcaldía o gubernatura, exista oportunidad de saber quiénes le acompañarán como equipo en las responsabilidades ejecutivas. En nuestro país se vota prácticamente a ciegas por las fórmulas de regidores, y los partidos echan mano de toda clase de jugarretas para asegurar que dichos espacios sean ocupados por sus lacayos, incondicionales… o cómplices.

Es momento de analizar sin prejuicios y con objetividad lo que se está presentando en un caso tan complejo como el de Cuernavaca.

Y con ello, evitar que el voto útil de los ciudadanos, se vea rebasado por el voto idiota de los grupos que participan en los asuntos de la vida pública guiados exclusivamente por la ambición de dinero y poder. Y en el caso de Cuernavaca, en los dos bandos en pugna hay personajes a los que les queda el saco…

Veremos y comentaremos.

DE BOTEPRONTO: Por cierto, ahora con la recaptura del Chapo… ¿a cuántos Padrotes y Madrotas de la Patria se les podría caer el cantón con las revelaciones de Guzmán Loera, en virtud de sus intereses y complicidades en las 13 entidades que tendrán elecciones el presente año?

Conste que es pregunta…

Twitter: @miguelisidro

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