El 2016 está teniendo un inicio turbulento en el terreno político y social. Es un año en que se escenificarán procesos electorales prácticamente en la mitad de los estados del país y en el que se espera por fin el gobierno federal pueda dar el golpe de timón en lo que se refiere a la accidentada conducción de su proceso reformista.
Sin embargo, merced a factores que se encuentran fuera del alcance y control (es un decir) del gobierno mexicano, una vez más se cocina una tormenta perfecta en uno de los escenarios que son más difíciles de contener: el de la economía.
Es ahora la economía china la que está metiendo en serios aprietos a los mercados financieros internacionales.
La decisión del gobierno chino de acelerar la devaluación de su moneda, el yuan, como una estrategia de recuperación de posiciones ante los mercados internacionales, ha trastornado prácticamente todos los mercados y la totalidad de los sectores de la economía global.
Por supuesto que México no está ajeno a esta dinámica.
Ya el propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ha aparecido en público a hacer una serie de declaraciones que buscan frenar el nerviosismo de los inversionistas, pero que a la vez anticipan la gravedad del problema: se espera que distintos mercados entren en una competencia devaluatoria, buscando atraer a la inversión especulativa. Dicho de otra manera: se prevé la fuga de capitales que siempre buscan el mayor rendimiento para quienes los detentan.
Sin embargo, nuestro aparato político parece poco sensible a esta alarma de tormenta financiera.
A lo largo y ancho del país vemos a los políticos ocupados de toda clase de trivialidades y pleitos de taberna.
Ahí tiene usted al gobernador de Morelos, Graco Ramírez, imbuído en un pleito callejero con el alcalde de Cuernavaca Cuauhtémoc Blanco por el controvertido asunto del Mando Único Policiaco, lanzando acusaciones a diestra y siniestra para distraer sobre el boquete abierto a la estabilidad social de la entidad con el asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo.
O al líder del PRD, Agustín Basave, chantajeando a sus huestes con la insistencia de ir en concubinato, perdón, en alianza con el PAN en algunas de las entidades que estarán en pugna en los comicios del presente año.
O qué decir del PRI en Tamaulipas, donde media docena de aspirantes a la gubernatura siguen auto promocionándose con base a todo tipo de ocurrencias y falsas promesas, mientras la entidad sigue doblegada por la corrupción y la delincuencia.
Así las cosas en este 2016.
Nuestros políticos nos hablan sólo de lo que a ellos les preocupa que nos enteremos.
De los temas de verdadera importancia… pues poco se habla, poco se discute, escasamente alguien propone maldita sea la cosa.
Ya sabe usted, para nuestros Padrotes y Madrotas de la Patria, primero está lo urgente. Lo importante… puede esperar.
Así vivieron.
Y así nos traen.
Veremos y comentaremos.
DE BOTEPRONTO: Aparentemente el titular de la SEGOB Miguel Osorio Chong salió de su letargo y le está entrando de frente al tema de la inseguridad en Morelos, tal y como se mostró en su reciente encuentro con el gobernador Graco Ramírez. ¿Qué resultados lo avalan en ese cometido? ¿Los de Michoacán? ¿Los de Guerrero? ¿Los de Tamaulipas?
Es pregunta…
Twitter: @miguelisidro
