Latacunga, Ecuador.- Participar en un evento de comunicación con carácter latinoamericano es un gusto, principalmente cuando se tiene la oportunidad de compartir experiencias con otros colegas que, como sucede, tienen interés en desenmascarar los misteriosos caminos de la comunicación humana.
Y en ese sentido, lograr alianzas estratégicas de investigación y más, resulta altamente satisfactorio, por la trascendencia que puede tener el esfuerzo de universitarios tamaulipecos encaminados a descubrir los misterios de una buena comunicación, y que tienen interés en relacionar resultados con los de otros investigadores, de forma tal que podamos desenvolver toda una estrategia que permita mejorar aspectos de la sociedad en que vivimos.
El segundo día del evento tuvo participación de ponentes de Colombia y El Salvador, Ecuador y nuestro querido México. Destaca la participación del doctor Octavio Islas, quien es director de la revista “Razón y Palabra” que edita el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Estado de México, y dirige un importante cuerpo de investigación en la Universidad de los Hemisferios, de Quito, Ecuador.
Nuestros amigos colombianos nos hablaron de la participación de los periodistas hoy en día, y nos mostraron cual es la realidad del profesional de la información, principalmente en el ámbito digital, en el llamado nuevo periodismo, aunque también dejaron en claro cuál es la postura que debe tener un comunicador que desarrolla tan importante actividad.
La comunidad universitaria de Latacunga estuvo presente en el evento entre la zozobra que ocasiona vivir en alerta amarilla por la probable erupción del volcán Cotopaxi, uno de los grandes gigantes ecuatorianos que se encuentra en plena actividad volcánica, y que tiene en vilo varias comunidades y, como suele suceder, cerrados muchos de los caminos que conducen a tan espectacular sitio.
El Cotopaxi ha causado un sinnúmero de acciones similares a las que hemos tenido que leer e informarnos sobre el Popocatépetl, en nuestro México querido y tan castigado.
Sin embargo, pese a esa amenaza del gigante, cuya principal amenaza es el deshielo y virtual inundación de la zona, con el temor de que queden varias comunidades reducidas a nada, el evento tuvo lugar con un gran éxito: vivimos experiencias interesantes y ampliamos un poco más los conocimientos en materia de lo que nos apasiona y ocupa la mayor parte del tiempo.
Latacunga es un sitio pequeño pero pintoresco, que tiene sus encantos como en todos los lugares de la América Latina nuestra; edificaciones que nos hacen recordar en algún momento sitios como el estado de Guerrero o Michoacán, ya que parte de esa arquitectura tradicional tiene mucho que ver con las fechas en que fueron edificadas, y que coinciden con los tiempos en que llegaron a conquistarnos a México un grupo importante de religiosos, en tiempos de la Colonia y posteriormente, dejando su testimonio cultural, que de alguna manera dejó hecho trizas el patrimonio prehispánico de un continente rico en manifestaciones artísticas, culturales y más.
Hay que destacar la hospitalidad y cordialidad de los ecuatorianos, los habitantes de Latacunga no son la excepción: bajos de estatura en términos generales, un poco introvertidos pero muy amables, nos prodigaron toda clase de atenciones para poder llevar a cabo las actividades académicas a las que fuimos invitados durante estos días tan especiales.
Buenos amigos se pudieron hacer en este evento tan importante, y algo que nos ha dejado muy satisfechos es la posibilidad de realizar un intercambio de producción radiofónica con la Universidad Tecnológica de Cotopaxi y nuestra Universidad Autónoma de Tamaulipas.
El producto tiene que ver con la radio hiperespecializada en diabetes, y es producto de muchos años de esfuerzo. Esperemos pronto poder cubrir otras latitudes dentro de esos programas de intercambio entre universidades de América Latina.
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