Latacunga, Ecuador.- A distancia, con toda la morriña posible, el 26 de noviembre constituye un tiempo especial… una fecha… un momento de felicidad, quizá de los más importantes que pudiéramos tener en la existencia que el Creador nos ha permitido tener.
Y dentro de todos esos pensamientos que llegan a la mente, no deja de inundar el corazón un sentimiento especial, porque en un día como este, pero hace quince años, hubo un acontecimiento que realmente ha marcado la existencia de quien procura todos los días entregar lo mejor de sí a tres personas maravillosamente desarrolladas, y que han sido el mejor y más grande regalo que la vida ha podido otorgar a ser humano alguno, o al menos, es la percepción personal.
Dafne llega un 26 de noviembre; la fecha fue elegida por diversas razones y por significar una conmemoración singular. Llega en momentos difíciles en todos sentidos para dar luz a una existencia con problemas muy fuertes y difíciles.
Llega para iluminar el camino ya lleno de brillo y esperanza por la parte que habían recorrido en el siglo pasado dos seres maravillosos. Con el nuevo siglo llega la pequeña de casa y la grande en el corazón.
¿Sus atributos? Como buen “padre cuervo” podría yo hacer una lista de ellos y no cabría toda la edición del día de hoy para enumerarlos. Realmente son muchas las cosas que ha aportado ese maravilloso ser a la existencia de quien ha tenido momentos difíciles anímicos, profesionales y de salud.
Es la vida, es la motivación para seguir andando este camino tan especial, y tratar de entender el mensaje del Creador para superar lo que somos y lo que tenemos, y compartir con los demás esa ilusión y la posibilidad de aprender cosas distintas, compartirlas, enseñarlas, mostrarlas, y en un afán de ser congruente, dar gracias a quien todo lo da cuando uno se entrega de corazón.
Quien conoce la manera de actuar de un padre agradecido con Dios sabe la importancia que reviste el poder disfrutar diariamente el saludo, la sonrisa o la caricia de cualquiera de los tres hijos que el Señor ha dispuesto para su apoyo y formación. Sabe de la importancia que reviste el levantarse todos los días con una sonrisa y acudir a cubrir actividades que alguien llama “trabajo” y se convierten en la mejor oración de gratitud por recibir estos seres tan especiales.
Este 26 de noviembre, en la luz de Sagitario y de un hermoso sol, Dafne llega a su aniversario número quince, tan especial en nuestra sociedad para las muchachas y toda mujercita que simbólicamente se convierte en mujer.
Dafne comenzó su conversión a mujer desde aquel 26 de noviembre del año 2000, porque su camino ha sido ascendente y lleno de cosas buenas, de virtudes y cariño, de la ternura que solamente alguien así puede entregar.
No se puede dejar de lado agradecer por su sonrisa, por su gruesa y tierna voz que reza: “papito”: la palabra mágica que solamente puede sustituir la que pronuncia cada mañana: “papi”, y que constituye la reafirmación del mejor título personal que ser humano alguno pudiera ostentar en su existencia.
A distancia, en pleno Congreso de Comunicación latinoamericano, en Latacunga, una lejana ciudad del Ecuador, el pensamiento y sentimientos vuelan a velocidad de la luz para hacer llegar ese “hola” de salutación, o el “te amo” que todos los días recae en su existencia para reafirmar lo que Dios ha entregado y permite compartir con la vida y la familia.
A distancia, mucha distancia, el amor llega a la pequeña de la familia, el sol pequeño, el brillante, el tierno, el que hace que siga tratando de caminar delante pese a las dificultades que la vida y malos diagnósticos han provocado, pero siempre con la esperanza de ver y disfrutar su mirada, su sonrisa, su grave y tierna voz, y su presencia en la mente de un ser eternamente agradecido por tan especial ocasión.
Dafne: feliz cumpleaños número quince. Mi amor siempre es y será para ti, y mis deseos de felicidad están ahí, como dijo Rae alguna vez, porque cuando hay amor “ningún lugar está lejos”.
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