Lamentable y reveladora, la polémica declaración del Secretario de Desarrollo Social en Tamaulipas hace apenas unos días, Antonio Martínez Torres, al aseverar que en Tamaulipas una familia promedio de 4 personas en una zona urbana, puede sobrevivir durante una semana con $320.25; es decir, según sus alegres cuentas, con mil 281 pesotes alcanza para surtir la canasta básica de un mes.
Agrega el santo hombre que la familia rural puede sobrevivir con 898 pesos mensuales, que serían 224.50 a la semana. Pues claro, en el campo hay menos dónde gastar, debe suponer el señor secretario…
Yo no conozco a quien fuera diputado propietario por representación proporcional por el PRI en la LXII legislatura del estado, entre una larga, larguísima lista de cargos públicos que ha ostentado; no tengo el gusto. Me queda claro que el señor tampoco conoce a fondo la realidad de las personas a quienes ha representado o para quienes se supone que trabaja: Juan Pueblo, o como eufemísticamente les llaman: los que menos tienen...
Dudo siquiera que las cuentas del desayuno, comida o cena del señor secretario en cualquier restaurante se puedan pagar con $320.25, y si acaso invita los sagrados alimentos a algún periodista, amigo o funcionario con quien desee quedar bien, también dudo que los menos de mil pesos al mes con que “vive” una familia rural tamaulipeca, alcance para pagar una cuenta en “Don Jorge”, o “Las Gambas” o cualquier otro establecimiento culinario de postín…
No; el señor secretario no nos conoce ni por asomo, a los cientos de miles de Tamaulipecos que vivimos fuera de la burbuja del poder que se sirve a sí mismo, antes que a sus representados. Claro, puedo entender, imaginar tan solo, que con un sueldo de 135 mil pesos al mes –entre salario y compensaciones– se borren los difusos bordes de la realidad y se olvide que existen otras realidades menos amables y mucho más amargas…
Esto solo habla de la distancia moral de desconocimiento que la mayoría de los políticos tienen; ya sabe ud.., los ciudadanos son votantes en tiempos de elección, y pasados los comicios, si te vi, ni me acuerdo, que al fin yo ya estoy cobrando mis emolumentos y tú, Juanito Pueblo querido, ahí tienes tus láminas de cartón, tus bloques y cemento, tus vasitos de plástico y tu playera, y lo que es mejor, de todos los colores del arco iris y hasta más: verde, blanco, rojo, amarillo, azul, morado, naranja, etc., etc., etc.
Lo que más me gusta del asunto, es este giro en que los escandalizados –unos cuantos- levantamos la voz, ladramos un poco, y… ¿Cambiará en algo el señor…? ¿O seguirá ausente y lejano en el limbo de los humanos que ganan cerca de mil dólares al mes, o más…? Y lo que es más, ¿seguirá en la nómina oficial cuantos sexenios más…?
Ya sabe, amigo lector: nomás eso digo yo…
LA CAJONERA…
1.- LA FRASE: “Los dones son los regalos que nos hace Dios; lo que hacemos con ellos, es el regalo que nosotros hacemos a Dios”. Maxwell.
2.- UN TROZO DE POESÍA: “Nunca el alma es ausente/ en tanto hálito eterno de vida/ fragmento del todo que habita en el ser; / nunca muere, siempre está,/ en todo habita y todo es,/ cambiando solo de color,/ densidad...”. Lorena Illoldi.
3.- MISCELANEOS: No serán suficientes los adioses, y mucho menos el recuerdo habría de agotarse, nunca, cuando lo que se siembra es amor y gratas memorias: hasta luego, Aníbal, muchacho querido, gracias por tu intensa y fugaz visita; hubiéramos querido más de ti, egoístas que somos a veces los humanos… descansa en paz y gracias por haberte compartido entre nosotros, amigo.
