El 12 de octubre es una fecha que tiene distintos significados, dependiendo de la forma en que se quiera ver: la Hispanidad, dicen en algunos sitios del mundo, recordando aquella ocasión en que el genovés Cristóbal Colón pisó por e primera tierra americana, en el año de 1492, dando pauta a la historia del Nuevo Mundo, nuestro continente que durante muchos años estuvo sometido a la corona española, pero que finalmente, con su tremenda repercusión, logró su independencia, en algunos casos más expedita que en otros.
Para muchos en nuestro país significa una tortura y cosas poco agradables, e inclusive es motivo para que cientos de personas salgan a las calles a criticar a un país y a sus habitantes, sin recordar que lo anterior sucedió hace más de 500 años.
Cierto, algunas consecuencias no fueron buenas, pero ya hemos superado esa etapa y hoy nos toca vivir otra forma, otra existencia y otras costumbres.
Lo que importa hoy en día es recordar aquellos tiempos en que tuvimos momentos difíciles, y tener la capacidad para superarlos, encontrar la mejor manera para convivir y llevarlo a cabo.
En ese sentido, no podemos vivir enojados con la vida y resulta urgente aprender a vivir con lo que tenemos, buscando un poco más cada día, más, cuando se acerca un proceso electoral en Tamaulipas que nos permitirá el cambio en la gubernatura, alcaldías y diputaciones locales, un cambio que siempre tiene sus aspectos positivos y negativos, insistimos, dependiendo del cristal con que se mire.
No podemos tirarnos a pensar que todo ha sido malo, pero tampoco ser triunfalistas suponiendo que nada ha salido de la excelencia: los gobiernos que tenemos están constituidos por seres humanos, y a la fecha no existe un ser humano perfecto, no al menos que alguien diga lo contrario.
Tamaulipas debe elegir a sus mejores hombres en todos los partidos políticos para que la contienda resulte importante y significativa para todos, ya que del resultado que se presente dependerán los siguientes seis años de administración y existencia ciudadana, que van de la mano.
Cierto: hay golpes bajos de muchos aspirantes, y los que creen tener todas consigo son quizá los más sucios a pesar de haber vivido ya procesos similares en forma muy cercana.
Se olvidan que la ciudadanía está harta de cochinadas, de malos tratos y malas pasadas, que ya no queremos que nos den golpes bajos, y si algunos de estos aspirantes lo hacen ahora que no tienen nada, qué será si llegan a ocupar un puesto importante… no queremos imaginarlo.
El asunto es que ya hay movimientos significativos en la entidad para la renovación de poderes y como suele suceder, las criticas para los que se van y halagos para los que vienen, aunque aún no hayan construido nada a la fecha.
Los cambios de orden y políticas no son fáciles porque encuentran mucha resistencia, como seguramente encontró Colón al llegar a lo que nombraron Las Indias, y tuvieron que pasar muchos años pare ser lo que hoy somos.
Son tiempos de transición que están altamente revolucionados por los movimientos sociales, cada vez más participativos.
El precandidato o aspirante –como guste llamarle- que pretenda omitir a estos grupos sociales y los ignore, seguramente tendrá un coste político muy elevado que le podría costar inclusive la candidatura.
Hoy la ciudadanía está muy inmersa en la política y el quehacer de los políticos, de ahí la importancia de participar honestamente y en forma clara. Pocos son los que lo han llevado a la práctica con honestidad y claridad, y esperamos que de ellos surja el próximo gobernador de Tamaulipas, que ya viene pronto a la entidad.
En tanto, hay que aplaudir lo que la administración nos ha entregado en el presente, mirando hacia adelante, que mucha falta nos hace cambiar de mentalidad a la gran mayoría.
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