Ni fu ni fa.
De plano no se fuman, no se tragan, ni se toleran.
Uno tabasqueño, el otro neolonés.
Uno acusó al otro de ser independiente del pueblo, pero no de la mafia del poder, y de que no representa ninguna opción, y de ser más de lo mismo.
El llamado independiente por su parte responde a su rival que haga campaña pero sin financiamiento público.
Es claro que Andrés Manuel López Obrador y Jaime Rodríguez Calderón prohíjan una inconformidad ciudadana en contra de lo que huela a oficialismo, a PRI y por ende a corrupción. AMLO llegó como jefe de gobierno de la ciudad de México en medio de una gran expectativa porque se trataba de la primera oportunidad que tenía la izquierda mexicana para demostrar que ellos sí sabían gobernar.
Lo cierto es que bajo su mando se tejieron historias de corrupción que nos hicieron remontar al priismo de Luis Echeverría, López Portillo o Carlos Salinas. La forma en que su tesorero gastaba el dinero en Las Vegas o su aliado René Bejarano se guardaba paquetes en la maleta y hasta en su caso.
En ambos casos López Obrador lejos de asumir el compromiso de investigar hasta sus últimas consecuencias esos penosos incidentes de sus colaboradores y amigos calificó el asunto como un “compló”. Y el asunto se quedó así, apostado al olvido.
Lo mismo ocurrió recientemente en el caso Iguala, en donde había información sostenida que daban cuenta de que AMLO habría promovido a José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala y quien ordenaría la muerte de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Tampoco aquí hubo un compromiso formal de Andrés Manuel por aclarar esos dichos y se dedicó a escudarse en un plan contra él para desviar la atención sobre el paradero de los estudiantes.
Caso similar pasa con el hoy gobernador de Nuevo León.
Primero fueron los señalamientos de violencia familiar, de despojo de tierras y de ocultar bienes de los que no pudo alegar su inocencia pero sí dedicó mucho espacio a declararse víctima del sistema.
Hoy como gobernador acaba de estrenarse el primer señalamiento en contra de su equipo de trabajo. Se trata de un audio que pone de manifiesto como su Procurador de Justicia, Roberto Flores Treviño, y quien habría intervenido en un claro tráfico de influencias a favor de un conocido suyo.
En la agravación se escucha como el Procurador ofrece resolverle a un joven un a ”bronca” grande con militares que le tenían detenido en un retén tras incautarle balas y armas.
“Soy el jefe de tus jefes” le grita Flores Treviño al joven para que se lo transmita al personal que lo tiene detenido.
Aún con todo y esto la propuesta del gobernador, Jaime Rodríguez, “El Bronco” para la designación de Roberto Flores Treviño como procurador del Estado fue avalada con 35 votos a favor, tres abstenciones y dos votos en contra.
El nuevo procurador prometió ejercer “mano dura” y prometió investigar el origen de los videos “difamatorios” en contra de él ya que hubo intereses turbios que trataron de bloquear su nombramiento.
Y lejos de investigar los hechos, Jaime Rodríguez “el bronco” dijo que el asunto con su Procurador es un golpe mediático de algunos grupos de bandidos que quieren desestabilizar a su equipo de trabajo.
Mal indicio para Nuevo León.
Si bien AMLO y “el bronco” no se toleran es quizá porque son exactamente de la misma naturaleza…cínicos, poco comprometidos con la transparencia, porque la transparencia no se da cerrando casas de gobierno o creando programas sociales para los abuelitos, la transparencia se da indagando y dando las facilidades a los organismos para investigar los posibles actos de corrupción.
Lo del Procurador de Nuevo León es la primera gran prueba que tiene por superar Jaime Rodríguez pero todo hace indicar que el gobernador va como apostarle al olvido y a la falta de memoria.
Adendum: López Obrador lo hizo. Aceptó que mintió con la foto en donde se aprecia al Presidente Enrique Peña Nieto con José Andrés de Oteyza, representante en México de la empresa española OHL y que había posteado en su cuenta de facebook con la siguiente leyenda.
“Miren a José Andrés de Oteyza, representante en México de la empresa española OHL encarando a Peña Nieto, es como si le estuviese diciendo: no te olvides del apoyo que te hemos dado desde la campaña, no te hagas el desentendido, nos tienes que seguir ayudando con contratos y cuidadito con rajarte’. La verdad avergüenza, dónde quedó el respeto al presidente y como diría don Adolfo Ruíz Cortines y a ‘la investidura’…”.
El llamado peje en su misma cuenta de Facebook aceptó que mintió y que esa foto no de cuando Peña era presidente sino cuando era gobernador del estado de México.
DE CARNE Y HUESO, PEPE REYES
Dice que su infancia fue muy feliz, gracias a sus padres que siempre le tuvieron lo básico para salir adelante.
Vivió en una vecindad en el centro de la ciudad y cuyo pasatiempo favorito era jugar fútbol en un solar baldío.
Recuerda que a los diez años de edad en un recorrido que hacía a su escuela se percató que en la galería “Ramón Cano Manilla” se celebraba un evento con la presencia del alcalde en ese entonces, y que a la hora de la fotografía se puso junto al presidente e invitados. Al día siguiente su mamá se percató que había salido en los medios y le vaticinó: “Mi hijo va a ser político”.
Y en efecto, hoy José Reyes Guevara, se ubica como un prospecto serio para la presidencia municipal de El Mante. Ha sido Gerente de la Comapa Mante, y además de su faceta como empresario es actualmente coordinador de la Sedesol estatal en la ciudad.
Pepe a través de sus negocios le sigue apostando al Mante, sigue creyendo en su ciudad y que la bonanza llegará tarde o temprano pero es necesario el esfuerzo de los tres niveles de gobierno y la unión de la gente.
“Mis empresas son empresas socialmente responsables, hacemos un guardadito que nos permite atender a familias que más lo necesitan, tenemos muchos años haciendo un recorrido por las zonas más vulnerables del Mante en fechas decembrinas a donde llevamos juguetes, material educativo, ropa, alimentos, pero sobre todo le damos a la gente la esperanza de que vienen tiempos mejores”, expresa Pepe Reyes, el político pero sobre el ser humano que aspira a dirigir los destinos de la ciudad.
