México, (Notimex).- La banda británica The Darkness dio la noche de ayer un concierto lleno de rock puro, talento, energía y estilo, al grado de hacer vibrar a más de mil 600 personas en el Plaza Condesa.
Minutos después de las 21:00 horas, la banda liderada por Justin Hawkins se apoderó del escenario para iniciar un viaje de sonidos y estilo, al entonar con el estruendo de la guitarra "Barbarian".
"Gracias, gracias", expresó el intérprete vestido con un ceñido traje a rayas blanco y negro, con el que recorrió el estrado adornado con una gran manta pintada con el nombre de la banda.
Enseguida dieron paso a "Growing on me" y "Black Shuck", un tema que concluyó con un cierre espectacular de la batería y el brinco de piernas abiertas del cantante.
Ya sin camisa, pero usando el pantalón y tirantes que dejaban al descubierto su delgado torso tatuado, el líder de la agrupación interpretó “Mudslide”.
En el foro, los gritos de “Darkness, Darkness” podían escucharse con gran fuerza y, ante ello, Justin Hawkins respondió: "México, México, amo su bandera"; y después se colocó el lábaro patrio como una capa sobre su espalda y cantar con el ritmo mientras la gente brincaba y coreaba “Givin up”.
"Damas y caballeros, déjenme presentarles a Frankie Poullain", pidió el cantante y después inició con "One way ticket to hell and back", tema que tuvo su sello particular ochentero y puso al público a cantar y a disfrutar del derroche de energía y vitalidad de la banda.
En medio del escenario, las palmas de los músicos anunciaron la recreación de un éxito que fue ovacionado por los asistentes y que lleva por nombre "Love is only a feeling", el cual sonó con gran fuerza revelando el talento y la euforia de cada uno de los músicos por el hard rock.
Los gritos de “Darkness, darkness" siempre estuvieron presentes y acompañaban cada espacio después de los aplausos, y la banda celebró con su público al hacer sonar "Every inch of you"
“Nadie ha oído esta canción, que es un tema de nuestro nuevo álbum", dijo el también compositor para interpretar con su aguda voz “Rack of glam”, el cual estuvo cargado de guitarras y que parecía ser extraído del hard rock de décadas atrás, pero con una frescura bien recibida por la gente.
"Vamos a tocar temas de ayer, temas de un tiempo de gloria, del 2003", expuso el cantante para retomar canciones del álbum "Permission to land".
De ahí, la banda entonó "Get your hands off my woman" que llenó de euforia a los presentes y logró que Justin Hawkins se parara de manos mientras abría y cerraba sus piernas.
De nuevo, la euforia estuvo a tope ante las notas de "I believe in a thing called love", que puso a todo el recinto a brincar y aplaudir mientras trataban de seguir la apresurada letra.
Tras desaparecer del escenario por unos minutos, la banda tomó de nuevo su lugar para hipnotizar con los sonidos de las guitarras y los gritos del líder de la banda, quien lució ahora una camisa multicolor.
Sin dar un respiro, la banda conformada también por Dan Hawkins, Rufus Tiger Taylor y Frankie Poullain, regaló “Street spirit”.
“Agradezco a todo mi equipo y esperamos volver pronto”, añadió con gracia el vocalista, quien fue tocando la guitarra entre el público para interpretar “Love on the rocks” y cerrar de forma magistral un concierto lleno de emoción y toda la esencia del rock.
