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Sección: Editoriales / Entre Nos

El sentido más importante

Por: Carlos Santamaría 06/10/2015 | Actualizada a las 14:54h
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Por experiencia propia, el columnista sabe que de los cinco sentidos, el que quizá tenga mayor repercusión en nuestras acciones cotidianas es el de la vista, ya que sus cualidades y virtudes son simplemente insustituibles, como sucede con otros sentidos, pero no se puede pensar en vivir sin este maravilloso sentido.

Deje usted lo que significa el ver a los hijos crecer y transformarse, o un hermoso amanecer, o un atardecer, o la belleza de un mar embravecido; quizá la hermosura de las aves que cantan cuando el clima lo permite, o los imponentes animales salvajes que con su porte nos imponen una autoridad manifiesta que no somos capaces de pasar por alto.

La vista es y seguirá siendo importante. Durante la experiencia propiciada por diversos males, la pérdida significativa de la visión ha afectado muchas de las actividades que antes eran cotidianas, ya no se puede pensar en salir de noche sin ser molestado por esos brillos que son consecuencia de las terapias con láser llamadas fotocoagulación, y que dejan secuelas muy importantes. Nada es igual después de eso.

Pero esta noticia que hemos leído nos ha dejado mudos: la miopía se ha incrementado en el mundo entero. Es tal su problema que ha llamado la atención de los especialistas en el ramo.

Dice Jorge Manuel Martins, experto portugués, profesor auxiliar de la Universidad e do Minho, que sufre miopía la cuarta parte de la población mundial.

Como lo ha leído: uno de cada cuatro personas sufre miopía, y esto se dio a conocer durante las I Jornadas Iberoamericanas, XII Andaluzas sobre la visión, celebrada en Punta Umbría, Huelva, España.

“La miopía es preocupación mundial –dice el experto- por su mayor prevalencia y su rápida progresión.

Establece como factores principales de riesgo –fíjese bien- para el desarrollo y progresión de la miopía, la excesiva demanda acomodativa en visión de cerca, la refracción periférica y la falta de actividades realizadas al aire libre.

Nos hace suponer, según lo que expresa en la nota que reproduce el diario “El Correo Gallego”, que mucho tiene que ver el que estemos pegados todo el día  a los teléfonos “inteligentes”, que lo que propician en mayor escala es el hecho de tener que forzar la vista y estar enajenados encima de su pantalla.

El problema se torna serio y cada vez es mayor, según lo manifiestan expertos.

Hemos cambiado nuestros hábitos, y cuando no estamos pegados a un ordenador lo estamos en un móvil inteligente, o una tableta: el caso es que estamos siempre pegados a una pantalla, y hemos dejado actividades comprobadamente saludables a un lado. Ya no salimos casi a hacer ejercicio, pese a la moda que hay de vestirse chillante y salir a las carreras que por todo se organizan hoy en día.

Nos falta una vida más saludable, pero en cuestiones de la visión es preocupante, altamente preocupante que surja este problema.

Quienes hemos sido miopes desde muy pequeños sabemos la importancia de este problema y lo que significa padecerlo. Cuando se complica aún más por diversas razones, entendemos que no es nada fácil su control y combate, porque nada hay que evite que quedemos miopes y en un punto fatal, casi ciegos.

Es aquí donde tenemos que llamar la atención de nuestros hijos y exigirles, si no se puede pedir, que dejen un poco –o un mucho- las pantallas y vivan su vida, que no olviden que hay más gente en el mundo y hay mucho que ver, para bien o para mal.

Que la vida no es el “Face” o el Instagram: hay algo mucho más allá que la pantalla y el tener que estar con el móvil conectados a un enchufe como si fuera oxígeno para vivir.

Tenemos la obligación de cambiar de hábitos, pero tenemos que comenzar por nosotros, porque, de otra forma, ¿Cómo exigimos a los hijos si no somos capaces de controlar nuestro ímpetu?

Ni que fuéramos tan importantes en el mundo como para no esperar a llegar a casa para contestar un “post”. No, la verdad es que somos tan humanos y mortales como cualquiera, pese al cargo que pudiéramos tener. ¿No cree?

Comentarios: entrenos@prodigy.net.mx

Carlos David Santamaría Ochoa,

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.
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