Para que las cosas funcionen adecuadamente, se requiere, en definitiva, ser congruente entre lo que se dice y lo que se hace, es decir, congruencia en el discurso y el hecho, porque de otra forma, damos vida a una demagógica y absurda forma de vida propia de otros tiempos y que los mexicanos, y especialmente los tamaulipecos ya no queremos vivir.
En las primarias del estado iniciaron las clases y en cada plantel se hizo entrega a los pequeños de su paquete escolar, criticado por muchos que no han tenido la idea lógica de para qué son los útiles escolares: critican la calidad de los cuadernos y de algunos insumos más, cuando la idea de estos útiles es propiciar que el estudiante pueda anotar sus apuntes, no de presumir ciertas marcas o estilos, que a nada bueno lleva esto último.
Desgraciadamente, en las secundarias hicieron caso omiso y dieron vuelo a las exigencias de una generación de profesores que buscan satisfacer su ego o que creen que son absolutos, y piden lo que les da la gana, mas no lo que se utiliza realmente.
Solicitan cuadernos de 150 o 200 hojas, cosidos, forrados y con el famoso plástico adherible que se ha generalizado y se exige en libros y cuadernos en general.
No entendieron esos profesores que sus muchachos no se acaban los cuadernos que piden, y no lo va a creer, pero hay grados y escuelas donde los muchachos han tenido que comprar y forrar ¡15 cuadernos!, y para desmentir, tenemos la fotografía de prueba, por aquello de los incrédulos.
No conformes con eso, los profesores piden cuadernos de características especiales, así como colores y hasta etiquetas. Pensamos: ¿Qué les importa qué cuaderno lleve el muchacho cuando a ellos les corresponde enseñar, impartir conocimiento y no presumir de útiles “bonitos”?
Enferme, enoja, indigna esa actitud de quienes se sienten el ombligo de la educación y no son capaces de razonar un permiso o un apunte siquiera, y todo lo copian, dictan y piden memorizar.
Otro punto que había que atender es el referente a los papales de contacto, especialmente los plásticos: ¿No saben los maestros cual es la condición actual del planeta?
Es totalmente absurdo que pidan forrar los cuadernos y libros con plástico “para protegerlos”, en lugar de coordinarse con los padres y hacer entender a cada muchacho que debe hacerse responsables del cuidado de sus útiles, del buen cuidado de cuadernos, libros y todo lo que sus padres les compran para que estudien, o lo que las autoridades les entregan como apoyo a su familia.
Ofende el hecho de tener que llevar a engrapar los libros, porque entonces estamos ciertos que los libros son de mala calidad y las editoriales no hacen un buen trabajo de impresión y encuadernado. Entonces, la decisión de dar en impresión millones de libros en todo el país resulta un fraude por parte del gobierno mexicano, ya que no son capaces los editores de entregar un material de calidad.
Forros, plásticos y todas las necedades de un grupo de maestros que imponen su tradición y no se han dado cuenta que el planeta está en una seria y severa crisis, y que tenemos que comenzar desde el punto que sea a propiciar su conservación.
El columnista no entiende que una estudiante de secundaria tenga 15 cuadernos y 8 libros. No entiende que se vayan a utilizar éstos en esa proporción, y tampoco entiende que la columna vertebral de millones de mexicanos en edad de ser estudiantes pueda aguantar tal peso. ¿No que los estaban cuidando por nosotros?
Absurdo, totalmente absurdo por donde se vea, y urge se puedan adecuar las exigencias magisteriales hacia los estudiantes, y que entiendan que están a cargo de la formación de los muchachos, pero no se du integridad y tampoco de la economía de sus padres.
Es tiempo de proteger al planeta, ¡ya no más plástico en libros y cuadernos, por favor!
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