En la política hay reglas básicas, mismas que si no se llevan a cabo al pie de la letra te pasan factura de manera pronta y notoria. Claro ejemplo de tal hecho se hace notar en el actual gobierno, que de una u otra manera no se atrevió a seguir las reglas, generando consecuencias graves y pocos resultados.
Sin embargo, el Presidente de la República, por vez primera, consensó una de sus decisiones. Desde Los Pinos se hicieron una pregunta antes, durante y después de que el Dr. Cesar Camacho Quiroz anunciara su salida de la presidencia del tricolor. ¿Sin el PRI unido Enrique Peña Nieto podría gobernar?
La respuesta todos la sabemos. No hay una buena relación con los maestros disidentes, no hay una buena relación con los maestros que siguen en las aulas, no hay una buena relación con los ciudadanos comunes, mucho menos con los empresarios y la prensa, la prensa ya no puede estirarse más en base a discursos, eventos y fotografías. La respuesta fue un rotundo, seco y triste: NO.
En otras palabras, ¿Qué podría haber hecho el Presidente sin un aliado fuerte? Poco o nada, ya que de todos los candidateables para dirigir al tricolor, nadie tenía el arrastre de las masas sociales como el dinosaurio, nadie como Manlio Fabio.
Esa es la regla de oro en la política, construir alianzas que generen resultados medibles, ello a pesar de que la imagen de unos cuantos pueda llegar a perder o pierda fuerza, en los partidos el interés colectivo de los emisarios debe estar por encima del interés de un sexenio, ese interés se resume en llegar a los ciudadanos, ganar credibilidad ante ellos y después, ganar en las urnas. ¡Anótele!.
¿Qué tan fuerte se hará Beltrones al frente del PRI? Más fuerte de lo que ya es, claro está.
La posición le permitirá candidatearse para llegar a la silla presidencial en 2018, pero por otro lado todos aquellos que aspiren y suspiren por Los Pinos tendrán que estar bien con él, por lo que si es o no es candidato, ya tiene asegurado otro sexenio en el bolsillo.
Por otro lado, todo indica que con la llegada de Beltrones a la dirigencia del tricolor la imagen del Presidente de la República no se verá más deteriorada de lo que ya está. La expectativa es grande, pues se espera que haya una cercanía saludable. Si de esta alianza Peña Nieto no logra legitimar por primera vez su poder, la pregunta ya no será ¿Qué hacer con Manlio? Más bien en el PRI habrá que preguntarse ¿Qué hacer con el Presidente?
¡Excelente lunes!
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