Es muy sabido que la clave para que un evento importante sea exitoso, reside en su anticipada organización.
Festividades de gran tradición como la Feria de San Marcos, en Aguascalientes; el Carnaval de Veracruz y la Feria del Caballo en Texcoco tienen un distintivo en común: al día siguiente de su clausura, se comienza a organizar la siguiente edición.
En el terreno político se puede presumir lo mismo: aquellos partidos o candidatos que han tenido una campaña exitosa, es común que comiencen a trabajar de inmediato en su siguiente proyecto o meta.
A algunos políticos les emociona tanto el triunfo que olvidan esta premisa y se siguen en el festejo. Y como es lógico, muchas veces su siguiente participación electoral suele culminar en un estrepitoso fracaso.
También existen políticos que resultan ser excelentes candidatos, pero que al momento de asumir el cargo terminan quedando a deber a sus electores, quienes terminan castigándolos electoralmente. Bien dice el dicho: "Prometer no empobrece..."
La pasada elección federal deja varias lecturas, por ejemplo, la paradoja de un PRI ganador que no logra rescatar la imagen del Presidente Peña; un PRD boqueteado por la aparición de MORENA y un PAN que sigue sin terminar de resucitar, pese a triunfos como el obtenido en Querétaro.
Aún así, el proceso intermedio marca el imaginario disparo de salida para la próxima contienda.
Así que a observar con detalle el desempeño de los actores políticos, tanto los que asumirán funciones en cargos de elección como los que se mantendrán en la cancha de la política partidista.
Aunque parezca muy lejana, la próxima cita con las urnas se viene acercando. Seguramente habrá caras nuevas y otras no tanto; es probable que por primera vez contemos con candidatos independientes a distintos cargos, incluida la Presidencia de la República.
Señoras y señores de la política, Padrotes y Madrotas de la Patria: los ciudadanos estarán atentos.
Todo se vale, y todo cuenta...
Esto apenas comienza.
Al tiempo.
DE BOTEPRONTO: Este domingo el PAN elegirá a su nuevo dirigente.
Aunque muchos visualizan como inminente el triunfo de Ricardo Anaya, la cúpula blanquiazul debe tejer fino para no terminar con el PAN convertido en migajas.
Javier Corral es un militante aguerrido, a quien lo pueden acusar de radical, pero nunca de incongruente.
Anaya representa la continuidad del monopolio impuesto por Gustavo Madero, quien, está visto, prefiere sacrificar elecciones que correr el mínimo riesgo de perder el control de su feudo azul y blanco.
¿Habrá desbandada en el PAN? Es pregunta...
Comentarios: miguelangelisidro@hotmail.com
Twitter: @miguelisidro
