Hay datos que tenemos que considerar por su importancia y trascendencia; no podemos dejar a un lado lo referente al ámbito de la salud, en el sentido de que, cuando uno se encuentra en buenas condiciones físicas cambian mucho las cosas, las expectativas, y por consiguiente, los resultados obtenidos.
En ese sentido, tenemos que recordar que hay aspectos que no están totalmente legalizados, o al menos las leyes no cubren en su dimensión adecuada, y uno de ellos es el hábito del cigarro, y lo sabemos quienes hemos sido fumadores por décadas, pero también quienes lo fuimos y hoy en día hemos dejado a un lado tan difícil adicción y tratamos de enmendar los daños que hemos dejado en el organismo.
Resulta inverosímil que nos demos ese gusto de fumar un cigarro amparados en las frases típicas de “después de un taco, un buen tabaco” y más, pero sinceramente, no podemos dejar a un lado esos años en que sentimos un verdadero gusto el hacerlo, aunque hemos de confesar que por miles de días lo hicimos por costumbre, o por otras causas que no se justifican.
Todos los que hemos tenido relación con el tabaco sabemos el daño que hace al organismo, y miente quien diga que no sabía de problemas de angina de pecho, cáncer, EPOC y más padecimientos. A algunos nos pasa una terrible factura permanente.
Lo anterior viene a colación porque un oncólogo del Instituto Nacional de Cancerología nos recuerda que el cáncer de pulmón es la segunda causa de muerte en el mundo, aunque reconoce que el 10 o 15 por ciento de los casos no tienen relación con el tabaco, es decir, son no fumadores.
En ese sentido hemos de recordar que no todos los casos de cáncer son por culpa del tabaco, y no todos los fumadores deben tener cáncer a fuerza, aunque es un factor de riesgo muy importante.
Dice Eleazar Omar Macedo Pérez que desde el año 2007 esta enfermedad se ha convertido en la principal causa de muerte, superando los padecimientos cardiovasculares y otras patologías de elevada mortalidad. Hay otras causas de muerte, pero el cáncer de pulmón se lleva todas.
Recuerda también que este padecimiento se presenta de igual manera en países desarrollados que en países en vías de desarrollo, alcanzando 1.8 millones de casos al año, y por consiguiente, 1.62 millones de muertes en el mundo por la misma razón.
La primera causa es el tabaquismo y eso lo sabemos, aunque luego de esta investigación se ha encontrado que hay factores como el humo de la leña, la contaminación, la exposición al asbesto y también –ojo- el TABAQUISMO PASIVO, es decir, el que no fuma pero está cerca de los fumadores.
Si no fumamos, alguien nos joroba el pulmón, pues, dicho sea en otras palabras.
Lo grave es que en México las estadísticas son alarmantes: el 45 por ciento de los casos se presentan en no fumadores, pero lo padecen personas expuestas a condiciones de humo por quema de leña o por contaminación, así como por ser compañeros de fumadores.
¿A dónde vamos? Es muy importante entender que si no queremos salvar nuestro riesgo y exponernos a un cáncer de pulmón, la gente de nuestro entorno no tiene culpa de ello, y sería interesante procurar no hacer ese terrible daño irreversible a los que amamos, o con los que convivimos.
Todos sabemos lo malo del tabaco, y lo expone un ex fumador compulsivo: hoy sería muy fructífero que alguien entendiera el mensaje y tuviera la misma esperanza de vida de los que hoy nos constituimos como no fumadores, y que creemos que de esta forma tendremos mejor calidad de vida.
La decisión es meramente personal, y cada quien se responsabiliza de lo que es y tiene. Ojalá usted entre en este grupo de no fumadores, o de ex fumadores, es decir, de los que hemos decidido regalar a nuestros pulmones lo mejor del aire en la medida que sea posible.
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