Pasado el “terremoto mediático” que culminó con el cese del “Piojo”, México se encuentra preocupado por diversas situaciones más importantes que la falta de criterio de los hermanos Dos Santos -Johnatan y Giovanni- o por la opinión que pudiera tener un empleado de televisión acerca del funcionamiento de la selección mexicana de fútbol.
La verdad, México merece la atención de otras cosas, y no es que el fútbol no sea importante: en lo particular, nos confesamos asiduos seguidores de este deporte que se ha prostituido a grado tal que sus protagonistas ya no juegan fútbol sino que hacen teatro, tratan de engañar, son tramposos y fraudulentos, con poca vergüenza profesional que nos lleva a pensar que se perdió el deporte para ganar un jugoso negocio de dos televisoras y que deja muchos, pero muchos millones de dólares, más, ahora que está tan cara la divisa estadounidense.
Hoy México está preocupado por el futuro de la Selección cuando el dólar todos los días sigue en alza y nos cuesta más todo lo que nos rodea; también nos preocupa si Memo Ochoa se ría cínicamente cuando vividores del magisterio amenazan con boicotear un ciclo escolar porque les han quitado sus privilegios y no robarán más ni vivirán sin trabajar.
Hoy, tenemos problemas de seguridad y tránsito carretero, falta de elementos de vialidad que metan en cintura a esos irresponsables que manejan alcoholizados y con el celular en la mano, o ambas cosas.
Hoy México se preocupa porque los proyectos de investigación tienen menos apoyos pretextando que hay cosas más importantes en qué invertir, cuando la investigación es una actividad que debiera privilegiarse.
Hoy, los muchachos no leen y se enajenan con un móvil y sus idiomas inventados, raros, en donde sustituyen el variado y hermoso lenguaje que tenemos por expresiones como “K Px”, “Aki”, “Tmb” y otras más, muchísimas más, que matan lentamente nuestra lengua.
Hoy tenemos cosas de que preocuparnos, cuando todos estamos pendientes del tristemente célebre y grotesco Pijo Herrera. Ya nadie se acuerda de la fuga del siglo y de un posible castigo a sus protagonistas.
Hoy no nos acordamos tampoco de los incrementos en alimentos que en cascada, gracias a la imposición del IVA en alimentos preparados hemos sufrido en varias cosas y rubros, pero que no tenemos por qué reclamar, porque hoy en día somos campeones de la “Copa de Oro”.
Nos preocupan muchas cosas pero seguimos ensuciando la ciudad con el riesgo de tapar los drenes pluviales, y que ocasionarán inundaciones severas en la próxima temporada de lluvias, o padecemos el terrible calor producto de una irresponsable actitud ambiental.
Hoy todo se resume al pleito del Piojo.
Pero en Tamaulipas tenemos buenas nuevas, sobre todo para los prestadores de servicios de la zona conurbada del sur, donde la ocupación hotelera y gastronómica ha sido muy positiva, permitiendo recuperar un poco el poder adquisitivo y capitalizar a los tamaulipecos que, valientemente siguen enfrentando el reto de ofrecer servicios turísticos a diario, en una época difícil pero que ellos han sorteado con buenos resultados como los de la presente semana.
El turismo responde gracias a una adecuada promoción del gobierno de Tamaulipas, de los empresarios, al operativo de seguridad instrumentado por los gobiernos federal, estatal y municipales, y por la responsabilidad de muchos de los paseantes.
Es una acción que merece todos los reflectores y aplausos, porque de éstas cosas se tienen buenos dividendos: se capitaliza la zona turística tamaulipeca, y en ello, el beneficio es para todos nosotros inclusive.
Qué bueno que haya estos programas de fomento al turismo, ahora falta que sean más frecuentes, en bien de los que habitamos tan especial estado.
No cabe duda que cuando uno
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