No cabe duda que cuando uno quiere llegar, hace lo que sea necesario: vemos hoy en día a muchos miembros de esa mal llamada “clase política” que se ufanan de ser populares, porque se acerca la fecha en que habrá de elegirse al sucesor de Egidio Torre Cantú en la gubernatura de Tamaulipas.
Falta más de un año y ya están haciendo campañas muy intensas, a grado tal que presumen de cosas que no son precisamente lo mejor de sus carreras, o porque piensan que merecen toda la consideración posible, cuando han dejado a la entidad al garete durante años o lustros, y algunos, durante décadas.
Ya no vivimos esos tiempos en que todas las decisiones se tomaban desde el centro: cuando los candidatos eran señalados por el dedo del Presidente de la República, y cuando no había derecho a pataleo ni nada por el estilo: había que obedecer y punto.
Hoy las cosas han cambiado, porque la gente está despertando y no gusta de ese tipo de imposiciones, aunque somos fieles testigos de que nos han endilgado varias de ellas.
Conocemos a algunos aspirantes que han decidido gastar un poquitín de lo mucho que les han pagado sin trabajar adecuadamente, y hacen campaña vendiendo una imagen por demás inadecuada, por no decir falsa, de su forma de ser, ya que han olvidado que los tamaulipecos les conocemos antes, durante y después de cada campaña: antes, son un bombón, un dechado de virtudes y todo oídos para cualquiera que necesite ser escuchado; durante, porque se dedican a caminar lo que en su vida habían caminado, sudando lo que nunca sudaron con ejercicio aeróbico, y porque en ese tiempo dicen a todo que sí.
Después, porque cuando han alcanzado el cargo de elección popular se olvidan de sus electores, y únicamente les recuerdan cuando están jugando otra cara, con tiempos inadecuados, porque dejan una responsabilidad para la que fueron elegidos en aras de satisfacer sus ambiciones personales.
Otros se han dedicado a hacer carrera en la ciudad de los Palacios, con la vieja idea de que el dedazo seguirá imperando, y tratando de hacer buenas relaciones allá, donde está el Presidente y los Secretarios de Estado, y donde se puede inclinar la balanza aunque el peso no sea el idóneo.
Los recursos de comunicación a través de redes sociales no los saben aprovechar, dejando latente su ignorancia al respecto: no saben manejar un mensaje en Twiter o Facebook y presumen de tener miles de seguidores, cuando de todos es sabido que nunca checan sus páginas durante la etapa de proselitismo. Mucho menos después, cuando ya no les somos útiles.
Y ciertos casos hay de aspirantes que dejaron atrás sus vacaciones en Palm Springs o Las Vegas, en Europa o Cancún para visitar los sitios de recreo tamaulipecos, haciéndonos creer que están interesados en nuestra gente y nuestros lugares, procurando el bienestar de todos con este tipo de acciones.
Son las acciones que vemos hoy en día, y que seguramente veremos al menos hasta el mes de diciembre, cuando ya haya algo de certidumbre en quienes deberán jugar por la candidatura, tanto en el PRI como en otros institutos donde ha comienzan también a pelear con todo por la nominación.
No es difícil darse cuenta cuando un legislador o ex legislador abre una oficina de gestoría y publicita el regalar unos cuantos cuadernos o útiles escolares, cuando compra tres cajas de aspirinas y las “dona” a una escuela o una organización no gubernamental.
Tenemos casos documentados de tamaulipecos necesitados de ayuda que fueron desdeñados por nuestros representantes populares, faltos de solidaridad y ganas de ayudar.
Hoy cambian las cosas: hoy todos ellos son toda bondad y carisma, comprensión y ganas de servirnos.
Aprovechemos lo que dicen, lo que quieren hacer, y hagamos de esta pre campaña al menos una oportunidad para que nos ofrezcan algo… aunque sea un saludo, porque de aquí a que les vayamos a ver de nuevo… ¡le ronca”!
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