El móvil de la muerte

Cierto: suena como a título de novela lúgubre o algo más patético que saber que Martinolli y el Piojo se trenzan a golpes, dejando en entredicho la decencia y la educación, carente en ambos personajes.

Pero lo cierto es que los celulares se convierten en arma mortal al estar en manos de gente así de inconsciente: enoja sobremanera –será la edad, la andropausia o el estrés cotidiano- ver en todo momento a un o una automovilista a nuestro lado, por las ardientes calles de Victoria, que maneja con una mano en el volante, otra en el teléfono “inteligente”, un ojo en el móvil… ¡y el otro también!

No ponen atención ni entienden la magnitud de sus acciones: en países desarrollados, tales como Estados Unidos o los que conforman la Unión Europea, el manejar y maniobrar un celular implica una grave pena que se castiga con pérdida de puntos en algunos países, multas muy fuertes y la probable pérdida de la licencia o carnet de conducir. Así de grave se torna cuando se sabe la cantidad de accidentes que ocasiona el manejar estupidizado con una mano en el móvil, pensando que somos tan buenos, tan diestros y hábiles que nunca nos pasará nada porque somos “conductores expertos”.

Hay otros calificativos, pero preferimos los que la autoridad impone en sus reglamentos –que por cierto, nunca se llevan a cabo por miedo- y que conllevan a multas y extrañamientos severos.

Para que nos demos una idea: durante el año 2014 hubo 24 muertos por causa de accidentes automovilísticos, y en lo que va de 2015 tenemos un incremento del 12 por ciento en siniestros, y al mes de julio ya contamos con 23 fallecidos en 679 accidentes registrados o reportados, mas los que nunca se reportan porque se arreglan antes de tiempo.

265 lesionados es el reporte oficial de Tránsito Victoria, lo que nos lleva a registrar un promedio de 97 accidentes por mes, cuando el año pasado hubo un promedio de 88, es decir, 12.5 por ciento más que antes, y todo, generalmente, por el uso desmedido e irresponsable de los móviles, esos artefactos inteligentes que, por lo general manejan seres no inteligentes porque no entienden el valor de la vida misma ni la de los demás, que debiera ser lo más importante.

El mes de julio ha sido el de mayor registro de accidentes, hasta la semana pasada, con cien, contabilizando 29 en los primeros cinco días nada más. 46 lesionados en este agonizante mes y nueve fallecidos, los cuales, son cuatro automovilistas y cinco motociclistas, victimas de su imprudencia o de la de quienes llevaban su móvil en la mano, para contestar un “mensajito” o dar un “like” a alguien que, seguramente no sabía qué almorzar o que estaba aburrido. ¡Así de trascendentes las charlas!

Las principales causas según Tránsito local son dos: alcohol y celulares, así de claro, y en ese sentido, la primera es una actitud que ha sido severamente castigada a través de los años sin el éxito deseado, y la segunda es el mal de todos los días.

¿Qué hacer para evitarlo? Si se pide a los padres apretar la disciplina entre sus hijos, vemos como ellos mismos –los padres- también manejan con el móvil en la mano, lo que nos hace pensar que no harán que sus hijos entren en razón ni ahora... ni nunca.

Victoria tiene, según funcionarios, 600 agentes de tránsito que son pocos para nuestras necesidades.

Olvidémonos de los que deberían organizar el tráfico en las calles de Victoria o los que tendrían que hacer algo cuando un semáforo no sirve, y enfoquémonos en los que pudieran infraccionar a esa multitud de irresponsables que manejan con el móvil en mano.

Nos convendría a todos: la autoridad tendría una ganancia superlativa de recursos por cuestión de multas, que pensamos deben ser mucho muy altas para que no caigan de nuevo; los automovilistas, tendríamos más vialidad positiva, al sacar de ésta a todos esos inconscientes que dicen que manejan, y además, lo mejor de todo, que habría menos muertos y más seguridad para los nuestros.

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