Como lo mencionamos en pasadas entregas, el año 2016 será intenso en la esfera política, ante la celebración de elecciones de gobernador en 12 entidades de la República.
Y como en política todo cuenta, hay que advertir que el vergonzoso episodio de la segunda fuga de Joaquín "El Chapo" Guzmán podría tener repercusiones directas en el terreno político, principalmente en la zona de influencia del Partido Revolucionario Institucional.
En primer lugar, porque el episodio viene a golpetear una vez más la ya de por sí mermada imagen del Ejecutivo Federal. Mientras el Presidente Peña Nieto se aprestaba a recibir altísimos honores en la capital francesa, el enemigo público número uno, cuya detención se ostentaba como uno de los principales activos del actual régimen en materia de seguridad y combate al crimen organizado, se evadió, prácticamente ante las narices de las autoridades.
Otro de los damnificados de este episodio, por la naturaleza de sus responsabilidades dentro del gabinete federal, es sin duda el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, quien interrumpió su participación en la gira presidencial por Francia para retornar de inmediato a coordinar las acciones del gobierno federal en relación a la fuga de Guzmán Loera.
¿Por qué pensar en repercusiones políticas para el PRI?
Porque este tema reducirá drásticamente el margen de maniobra del Presidente y de su principal operador político frente a los gobernadores de las 12 entidades que vivirán elecciones en 2016, coyuntura que los mandatarios y los grupos priistas de cada localidad tratarán de capitalizar a su favor para tratar de manipular en su beneficio los respectivos procesos de sucesión.
El Presidente Peña está urgido de apoyo interno. Aún si se logra la recaptura del Chapo, la credibilidad de su gestión está severamente lesionada. Así que la construcción de alianzas es una aduana obligada en el propósito de tratar de cerrar el sexenio con las menores mermas posibles.
Efectuar amarres con los grupos de poder en las entidades podría dar el oxígeno suficiente al régimen para concentrarse en una empresa mayor y enormemente delicada: operar su propia sucesión.
No está sencillo. Tampoco imposible...
Las repercusiones de la agenda de seguridad son en extremo negativas para el Presidente Peña y su partido. Véalo de esta manera: en tiempo récord, el ministro Osorio Chong pasó de "presidenciable" a la nada deseable categoría de "presunto culpable". No son pocas las voces de priistas que consideran que sacrificar al ex gobernador de Hidalgo ayudaría a reducir la presión que actualmente pesa sobre el jefe del Ejecutivo Federal.
Así que en el colmo de la paradoja, muchos de los aspirantes priistas a las gubernaturas que estarán en disputa en 2016, bien podrían estar agradecidos con Guzmán Loera, pues su sorpresiva fuga estará redireccionando la correlación y contrapeso de las fuerzas políticas en la ruta electoral 2016.
A río revuelto... Ganancia de "suspirantes"...
DE BOTEPRONTO: Por cierto, en Tamaulipas anda desatada una epidemia de "Bronco-manía", en la que personajes de distinta raigambre y antecedentes sueñan despiertos con ser candidatos "independientes" a la gubernatura en 2016. Algunos de los integrantes del Club de las Cabecitas Calientes que ya se autonombran "broncos" son el alcalde de Nuevo Laredo, Carlos Cantúrosas, el ex diputado local Francisco Chavira Martínez, el febril dirigente de la Federación de Cámaras de Comercio Julio Almanza Armas y el diputado federal electo por la vía plurinominal Gustavo Cárdenas Gutiérrez. La pregunta obligada es... ¿Independientes de qué? ¿De quién es?
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