El pesado acero

“El mayor riesgo es que esta crisis que inicia con la industria siderúrgica, se traslade a los  mercados de productos terminados” Rodrigo Alpízar. Presidente nacional de CANACINTRA.

LO CLARO. Todos somos consumidores. Desde la tortilla hasta el pollo que produce el campo mexicano. Y en la medida que podemos acceder a precios de carne más barata o vegetales a precios más accesibles a la bolsa, sabemos bien que son alimentos que se han elaborado con pesticidas u hormonas, que garanticen el crecimiento rápido y la eliminación artificial de plagas.

Los investigadores del campo, hacen aportaciones en la materia. La jartropha curcas es una planta a la que se le habrían encontrado propiedades biocombustibles que en la medida de mezclas, suplantaría los combustibles fósiles.

Ahora se le han dado otras características que facilitan el control de plagas que atacan a los cítricos.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas desarrolla el combate a la mosca de la fruta, mediante el uso de éste plaguicida natural.

La implementación de estos controles de plagas, permitirán que la obtención de alimentos libres de contaminantes –cancerígenos- liberen a los humanos de otra condicionante de enfermedades patológicas.

LO CLAROSCURO. Todo gira en torno al secretario Coldwell.

Y no será para bien el análisis de su encomienda.

Cuando se esperaba que la liberación del mercado de las gasolinas al mejor postor; donde las importaciones libres de Texaco, Shell y otras, serían a partir de 2018 –ninguna gota de la gasolina PEMEX es mexicana- la apertura comercial parece será antes.

Sumado a lo anterior, el mercado siderúrgico se encuentra en estado grave.

La acerera AHMSA (de la marca DeAcero, con asiento en Saltillo, Coah.) ha despedido a 2 mil 500 empleados de sus plantas.

Sólo en Coahuila, el impacto prevé alcance un número estimado en 8 mil trabajadores dados de baja.

Otra empresa del rubro, apostada en lázaro Cárdenas, Mich; ha hecho otro tanto, con el despido de 2 mil 800 obreros.

El mercado acerero contempla la reducción en este año, de 40 mil empleados.

El principal factor atribuible al caso, estiman los conocedores, es el muy bajo precio de importación de metales que China hace llegar al mercado mexicano. Donde algunos aseguran, estaría implícita la mano corruptora de quienes envían materia prima hacia el país oriental, con fines de impactar el precio final del acero en tonelada que se devuelve a México.

De no tomar las consideraciones que urgen en materia de dumping y de implícita corrupción, no solo están en juego 40 mil fuentes de empleo directas –que se traducirían en 5 veces más, considerando los trabajos indirectos que provee la industria- sino que desplomaría una rama muy importante abonadora del PIB nacional.

Ni la Secretaría de Energía ni la de Economía, han emitido una postura de defensa frontal de las empresas mexicanas –o  mejor dicho, que contribuyen al gasto en la geografía nacional-.

Y el impacto encadenado a los demás sectores productivos, no tardarán en hacer mella de la de por sí, medrada economía nacional…

Pal’ baile vamos.

COLOFÓN: Con la ayuda de los chinos, ni para nervios de acero nos alcanza.

alejandrodeanda@hotmail.com

@deandaalejandro