Era 1989, días después de la elección a Gobernador en Baja California Luis Donaldo Colosio, entonces Presidente del PRI Nacional, reconocía la victoria de Ernesto Ruffo Appel candidato electo del PAN en aquel Estado, era el primer gobernador no priista de México.
La prensa local e internacional reconoció el hecho, Carlos Salinas de Gortari, Presidente de la Republica en aquel sexenio de una u otra manera se estaba abriendo hacia la democracia, donde el PAN daba su primer salto.
Es 2015, tras la aprobación de la Reforma Político-Electoral propuesta por el Presidente Enrique Peña Nieto, surgen las candidaturas independientes, otro Estado fronterizo, Nuevo León, se hace notar en la prensa local e internacional; hay candidato independiente, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, renuncia al PRI, después gana las elecciones.
Enrique, al igual que Carlos, se abre a la democracia. En el 89 la apertura provocó más y mejor competencia entre los partidos por las gubernaturas, y después, por la Presidencia de la Republica; en el 2015 la apertura es hacia los ciudadanos, y nuevamente la lectura es similar, los partidos no se extinguirán, pero dejarán de ser la primera opción de los ciudadanos si estos no cambian y mejoran en sus prácticas.
Sin embargo, de chapulines a independientes hay una corta brecha y debido al sistema partidista imperante, pareciera que los candidatos independientes surgirán de los partidos políticos, toda vez que tras elecciones internas haya ruptura por el resultado.
Al menos es lo que el Congreso Local de Chihuahua ha entendido. En aquel Estado como en otros 11 habrá elecciones a Gobernador en el 2016, por lo que los Diputados aprobaron una ley que “permitirá” candidaturas ciudadanas independientes para aspirantes que no hayan militado en partidos políticos durante los últimos tres años.
De primera mano parece que la medida viola el derecho a votar y ser votado estipulado en el artículo 35 constitucional, por otro lado no se puede pasar por alto que la figura de los candidatos independientes se vuelva como la de los partidos políticos, y que aquellos que no ganan por un partido pretendan hacerlo por la vía independiente, como sucedía con los candidatos que iban de un partido a otro para poder llegar al poder.
El miedo a otros Broncos es evidente. La competencia provocada por la apertura ha venido a sacar del confort a muchos que estaban acostumbrados a un partido, a una telefonía, a una compañía petrolera, a un sindicato, a una televisora. La apertura en la democracia ha estremecido a los acostumbrados a ganar.
¡Excelente jueves!
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