Nada hay como esperar el verano y sus encantos: muchos aprovechan este tiempo para vacacionar y en los grandes sitios del mundo las tarifas de todo tipo se elevan considerablemente.
El claro ejemplo lo vemos en los pasajes aéreos que sufren incrementos que van desde un 30 al 200 por ciento en distintos destinos, a sabiendas que habrá paseantes; es lo que se conoce como “temporada alta”, y donde los prestadores de servicios hacen su agosto, “clavando el diente” a los usuarios tradicionalmente, en una acción que no es local sino mundial.
El caso es que en el verano cuesta más ir de paseo, pero son los tiempos que nos deja el empleo y demás, así que tendremos que considerar la posibilidad.
Ver los sitios y presupuestos necesarios para no tener problemas de ninguna índole, sobre todo si tenemos algún padecimiento de esos que no se pueden atajar sino controlar: habrá que tener en consideración el uso de medicamentos y la forma en que pudiéramos acceder a un servicio médico de emergencia, a fin de no tener problemas.
En la cuestión mecánica se debe tomar en cuenta la previsión necesaria que no permita que haya accidentes: muchas personas mueren en período vacacional por imprudencia o porque no se hicieron los ajustes necesarios pensando que “a mí no me pasan esas cosas”, es decir, sin tomar en cuenta que la mecánica y los imprevistos no tienen reputación.
Pero el peligro inminente y que pocas veces tomamos en cuenta viene de la Madre Naturaleza, aquella que hemos vilipendiado y agredido durante generaciones y ha propiciado que el planeta ya no será lo que era antes, y que se haya convertido en un peligro para muchos.
Salir a las playas a tomar el sol es peligroso, aunque veamos las fotografías de grandes arenales convertidos en sitios de manifestación humana, y donde los cuerpos de una y mil personas se tienden para descansar y relajarse… y tomar un poco de esos mortales rayos.
Muchas provisiones hay que tomar, sobre todo, cuando tenemos familia, porque en ese sentido no hay medida que sea pequeña si se trata de protegerlos.
Y también se debe considerar el hecho de hacer reservas a tiempo en cuanto a pasajes, hoteles y más cosas que tendremos en nuestro plan, así como los recursos para disfrutar de los mismos.
Es bueno planear, aunque también hay quien dice que lo mejor es cuando se improvisa; esto último suele ser interesante, aunque a veces nos ofrece sorpresas poco gratas.
En ese sentido, la Secretaría de Fomento Económico y Turismo prepara para después de las elecciones –ahora no quieren publicar nada argumentando una absurda ley electoral- un intenso programa para dar a conocer nuestros sitios de recreo que se esparcen en todo el territorio tamaulipeco y que ofrecen a todos un poco de encanto.
Así, quien gusta del turismo de montaña, ecológico, de playa, cultural o de otra índole tiene un sitio en la entidad, porque afortunadamente tenemos un poco de todo, y las publicaciones turísticas no nos dejan mentir.
Somos un estado privilegiado en ese rubro, aunque en otros no estemos tan bien, o no se haya trabajado lo suficiente para merecer mejor suerte.
El caso es que hay que comenzar a preparar nuestro período vacacional y manejarlo de acuerdo a las posibilidades personales de cada quien, y de esa manera, tratar de aprovechar al máximo los pocos o muchos días que alcancemos a salir de paseo.
Encontrar el balance en lo que queremos y lo que tenemos será determinante para lograr un buen descanso.
Finalmente, todos nos merecemos un premio al esfuerzo realizado. ¿No cree usted?
Comentarios: entrenos@prodigy.net.mx
La publicación de estas colaboración periodística no refleja la opinión de esta empresa
