Sección: Tamaulipas / Río Bravo
Continúa prevaleciendo desolador panorama en la villa de Nuevo Progreso
Cada día se acortan las calles, porque más comercios cierran sus puertas
Por: Guadalupe E. González/Río Bravo
21/09/2010 | Actualizada a las 17:27h
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Río Bravo, Tamaulipas.- Continúa prevaleciendo “el desolador Panorama
en la Villa de Nuevo Progreso”, debido a que las ventas se siguen reduciendo de
manera alarmante, lo que ha provocado el cierre de gran cantidad de
establecimientos comerciales, de los cuales algunos ya se han instalado en el
Valle de Texas.
Comercios
que tuvieron gran atractivo como “el
toro mecánico”, los Jarritos, Tequila Bar Grill, restaurante “El Arturos”, “El
Hay Jalisco”, “el Garcías”, Canadá Store, incluyendo la gran cantidad de
locales con alfarería, ropa, calzado, cerámica y demás productos típicos
tradicionales del país de las plazas México, Free Trade Market, Juárez y
Progreso Market, ya emigraron al verse mermadas las ventas.
La
lacerante situación económica que se ha dejado sentir a nivel nacional, ha
tenido graves repercusiones en el comercio turístico de la Villa de Progreso,
poblado que por años fue un potencial del turismo internacional y ahora
continúa reflejándose como una comunidad con una faceta comercial distinta a la
de antaño.
Hoy la
avenida principal Benito Juárez, sigue teniendo algo de auge, pero solo desde
el puente internacional “las Flores” hasta la calle Tamaulipas, que es la que
conduce a la Delegación Municipal, pero ya más al sur la mayor parte de los
negocios han cerrado sus puertas por la falta del turismo extranjero.
Progreso
fue un gran emporio turístico.
La Villa
Progreso por muchos años fue “un gran emporio turístico internacional”, porque
visitantes del extranjero, unos procedentes del norte de la Unión Americana y
otros miles del Canadá en época invernal se la pasaban radicando en el Valle de
Texas y a diario visitaban los numerosos comercios del poblado, lográndose con
ello exitosas ventas y desde luego la gran captación de divisas extranjeras.
Por tal
motivo, esa ínsula, fue una pequeña porción del territorio nacional,
tamaulipeco y riobravense envidiable, porque “quien llegara a la Villa se
convertía en un próspero comerciante por el alto refuego turístico que se mantenía
gracias a los numerosos atractivos en cada uno de los establecimientos”.
Inclusive
los mismos dueños de los negocios, por las atractivas ventas “le apostaban a la
inversión y para ello en coordinación con las autoridades municipales, traían
eventos como el de “los voladores de papantla”, “los motociclistas acróbatas”,
aparte de conjuntos musicales y todo lo que fuera del gusto de los turistas.
Sin
embargo hoy, la Villa de Progreso es una comunidad donde reina la tristeza y la
desolación, porque no hay ventas y el poco turismo llega por las mañanas y
antes del medio día se va por el temor a los problemas sociales que se han
generado en esta ínsula, detalle por el que día a día los comercios siguen
solos, debido a que “los turistas ya no se atreven a venir como antes a este
poblado turístico”.
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Pese a los esfuerzos por recuperar el turismo en la Villa de Progreso, no se ha tenido éxito, acentuándose aún más el panorama desolador, por el cierre de muchos comercios más. Fotografía Guadalupe González
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