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Sección: Editoriales / Confidencial

La casa del buen Juez

Por: Rogelio Rodríguez 05/05/2015 | Actualizada a las 08:36h
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La escena tal vez le parezca conocida: de entre una larga fila de vehículos esperando la luz roja de un semáforo, aparece, de pronto, una patrulla policiaca,  cuyo conductor enciende la torreta y sirena para evitar la espera del cambio de luces.

Apenas atraviesa la intersección vial, el chofer apaga el llanto de su unidad y sigue circulando con normalidad, en muestra irrefutable de que el uso de los instrumentos de alerta fue solo para evadir el alto y no para atender alguna emergencia.

Es un hecho cotidiano en la mayor parte de las ciudades del estado pero en particular en la Capital.

Para muchos el asunto parecería trivial, intrascendente, pero no lo es.

Y no lo es por una sencilla pero gravísima razón: el mensaje que manda al resto de los ciudadanos esa acción policial es de prepotencia y falta de respeto de la ley, que se hace más grave viniendo de alguien que se supone es el primer obligado en respetarla.

Parecería que los policías creen que el hecho de ser representantes de la autoridad los hace diferentes frente al resto de los ciudadanos. Suponen que el uniforme les da la posibilidad de incumplir las normas. Y están totalmente equivocados.

Ahí es donde radica la gravedad de esa conducta policial, porque cuando vemos a un policía violar una disposición normativa tan sencilla como lo es el respetar un semáforo, la pregunta que viene obligada es : ¿si eso hace en público, qué no hará en privado?.

Si a un policía no le importa violar la ley ante decenas de testigos, ¿usted cree que lo hará en escenarios menos vistos?.

Resulta evidente que hacia dentro de las corporaciones policiacas en general tenemos un serio problema de ausencia de respeto por la ley. Algo que es verdaderamente peligroso y que podría ser la explicación del porque se ha incrementado tanto el número de quejas de ciudadanos que se duelen ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas y en las agencias del Ministerio Público, de presuntas violaciones a sus derechos por parte de elementos de las llamadas fuerzas del orden.

Si el Gobierno quiere fomentar entre la sociedad el respeto por la ley tiene que poner el ejemplo a través de su brazo operativo y preventivo como son las corporaciones policiacas.

Seguir tolerando que sean los policías los primeros en pisotear los ordenamientos legales, es invitar al resto de los ciudadanos a que lo hagan también. Por eso es importante y urgente que se ponga orden en ese tema.

El refranero no se equivoca cuando advierte que “el buen Juez por su casa empieza”.

EL RESTO.

A propósito de violación impune a los ordenamientos legales , ¿qué acaso los candidatos no saben que en Tamaulipas se acaba de aprobar una reforma a la Ley de Tránsito,  que prohíbe , además del polarizado, el uso de calcamonias, pegotes o cualquier otro objeto que dificulte la visibilidad hacia dentro y fuera de los vehículos?.

Vamos a suponer que los candidatos no lo saben. O peor aún, lo saben pero les vale un cacahuate caer en la ilegalidad con tal de pasear su imagen por la ciudad en busca de simpatías ciudadanas. Por una u otra razón vamos a justificarlos.

Pero la que no puede tener justificación es la autoridad cuando se queda callada y de brazos cruzados ante un hecho que contraviene abiertamente una disposición legal.

¿Para qué aprobar leyes que luego no se aplican?

 ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com

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