Se celebró el Día del Trabajo sin trabajo, salieron a la calle a desfilar y hoy hubo más políticos que obreros, el recuerdo de los mártires de Chicago feneció porque aparecieron los mártires de la política.
Las demandas laborales y reclamos sindicales pasaron sin pena ni gloria, vaya, sonaron más fuerte los reclamos de la ciudadanía a los candidatos por el abandono y la falta de empleo que las tímidas voces de los pocos trabajadores que desfilaron.
No escuchamos hablar de los mártires de Chicago pero eso sí, a todos los candidatos se les escuchaba haciéndose los mártires, unos se quejan de que no les alcanza el recurso para hacer campaña, otros de que en esta elección el suelo no es parejo para todos, no faltan los que se dicen los quieren bajar con encuestas tendenciosas y, en su locura y pleitos por el poder, pocos se dan cuenta que el verdadero mártir es el pueblo que ya no siente lo duro sino lo tupido.
Para colmo el pueblo mexicano tiene que aguantar el martirio de escuchar a 10 encampañados por distrito, además de sus seguidores, todos tratando de venderle las bondades de los que quieren el voto para cobrar en la Cámara de Diputados.
Como si realmente fueran a cumplir, los encampañados en todo el país traen como bandera que legislarán para que se tenga trabajo bien remunerado, ni si quiera se dan cuenta que ya es un discurso viejo, desgastado, en cada elección es lo mismo.
Luego los escuchamos decir que se generan millones de empleos pero las crudas estadísticas marcan que cada vez hay menos fuentes de trabajo.
Frías son las cifras, los indicadores señalan que uno de los grandes problemas que vive la nación es precisamente la falta de oportunidades laborales bien remuneradas, lo triste es que en cada elección escuchemos que esa es la gran preocupación, de ahí que los electores estén desconfiados porque el rezo del trabajo bien pagado ya lo han escuchado muchas veces, más en tiempos electorales, y todo sigue igual.
Siempre han sabido los políticos que la tasa de desempleo es alta, pero con todo y eso el viernes los próceres festejaron el Día del Trabajo, todos los candidatos de todos los colores aprovecharon el día intentando convencer a la gente que una de sus prioridades será trabajar para que se generen mayores oportunidades de empleo, ese es su discurso y cada vez le suben más de tono, como si llevaran la verdad en sus palabras.
En todo el país no hay candidato que no traiga en sus propuestas el tema del empleo, lo lamentable es que pocos son los que realmente saben el martirio de los padres y madres de familia que no tienen trabajo y no pueden alimentar, educar y vestir bien a sus hijos.
El viernes los mártires fueron los obreros obligados a trabajar cuando el resto de la gente, el Día del Trabajo, lo aprovecha para descansar, aunque bueno, igual lo fueron los pobres candidatos, ¿a poco cree usted que no es un martirio para ellos disfrazarse de buena gente y andar correteando el voto, abrazar y besar gente, saludar y sonreír sin ganas?, pero se esfuerzan esperando luego descansar en el presupuesto.
Al ver en la televisión los desfiles de diferentes Entidades se recordó que los Diputados Federales también le han quedado a deber, y mucho, al pueblo mexicano, que el tema del empleo solo es una bandera proselitista que sacan en cada campaña política, es una promesa que queda incumplida.
Y no es que no se quiera que se tengan festejos o días de asueto pero las fiestas deben de ser siempre por los logros que siguen generando alegrías y no que den tristezas, la realidad es que nuestro país no es precisamente el ejemplo de buenos y bien remunerados empleos, es más, cada vez el panorama está peor, los impuestos, los servicios y la canasta básica suben mientras el empleo baja.
Pero bueno, aunque en México el tema del trabajo es una asignatura pendiente, se conmemora la lucha de los obreros por los derechos laborales y la libre organización de los sindicatos que se remonta al 1 de mayo de 1886 cuando una manifestación obrera en Chicago, Estados Unidos, terminó con la violenta represión de los participantes, poco tiempo después las organizaciones laborales adoptaron la fecha como día internacional de la defensa de sus derechos mientras pedían la reducción de la jornada laboral a 8 horas, indemnizaciones médicas, respeto a los niños y mujeres en sus centros de trabajo, descanso dominical, etc.
En fin, la situación es que se celebró el Día del Trabajo, en México los próceres de la política aprovecharon la ocasión para hacer su graciosa aparición, amén de que hay poco que celebrar porque el desempleo aumenta, hubo eventos para festejar, irónicamente los desfiles fueron encabezados por políticos que ni siquiera trabajan y tampoco son sindicalizados, mientras que los encampañados, para no variar, ondearon su bandera con el tema del trabajo.
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