Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Una niña de 9 años murió en un accidente de tránsito ayer en la noche, que según autoridades fue provocado por un conductor en estado de ebriedad en un céntrico crucero de Nuevo Laredo. Los padres de la menor resultaron heridos, pero no de gravedad.
Grecia Arévalo Mendoza, de 9 años, viajaba con sus padres en una camioneta Chevrolet S10 modelo 1998 y no traía puesto el cinturón de seguridad, lo causó que al impacto se golpeara brutalmente el cuello contra el tablero, causándole una herida y probable fractura de tráquea.
De acuerdo al reporte de la Dirección de Tránsito y Vialidad Municipal, el conductor responsable, Víctor Torres Fresas, de 44 años, se encontraba en completo estado de ebriedad, inepto para conducir.
El homicida imprudencial no pudo huir al quedar atrapado en su vehículo. Paramédicos de Protección Civil lo liberaron de entre los fierros retorcidos de su vehículo, para entregarlo a agentes de vialidad.
Los padres de la menor, Javier Guillermo Arévalo, de 34 años y Lourdes Mendoza de 24, resultaron levemente heridos. Ambos llevaron a la niña al Seguro Social #78 ubicado a una cuadra del lugar del percance, pero no se pudo hacer nada por reanimarla.
El trágico accidente se registró a las 20:46 hora del jueves. El ebrio conductor tripulaba un automóvil Ford Focus modelo 2000, circulando de poniente a oriente por la calle Guatemala.
Al llegar a la intersección con la avenida Aquiles Serdán, el hombre no respetó la señal de alto y su unidad es impactada de costado por el frente de la camioneta Chevrolet, en donde viajaba la familia Arévalo Mendoza.
Los padres de la pequeña Grecia, ayudados por algunas personas salieron de la camioneta y llevaron a la menor cargando hasta el IMSS #78, ubicado en Washington y Aquiles Serdán, sin embargo ya había fallecido.
Hasta el lugar de los hechos acudieron elementos de la Policía Estatal Acreditable (PEA), Dirección de Tránsito y Vialidad Municipal, así como el Agente del Ministerio Público del Estado, quien dio fe de los hechos, ordenando el traslado del cuerpo a una funeraria local para la práctica de la autopsia de ley.
