Reza el viejo refrán que el valiente vive hasta que el cobarde quiere, tal vez aplicado a la política sería que los políticos vivirán de los presupuestos hasta que el pueblo quiera, por eso los encumbrados hacen todo para que los mexicanos no se volqueen en su contra y se protegen entre ellos disfrazándose de valientes o de compromiso social.
Uno de los grandes problemas de la Nación es que se vive entre la corrupción que además no nace sola, tiene una madre protectora llamada impunidad, esa es justamente la que se quisiera muriera para que nuestro pueblo tenga certidumbre de que quien obre mal terminará mal, que los que laceren la patria tendrán su castigo.
Siempre escuchamos de los políticos cuando andan tras un puesto de elección popular que ellos trabajaran por el pueblo, que sus dichos serán acordes a sus hechos, que todo lo harán de una forma transparente para que la gente vea que las cosas se hacen bien, luego resultan peor que aquellos que criticaron, de eso los mexicanos ya hemos tenido muchas experiencias.
¿A qué viene todo esto?, pues a que nuestros próceres políticos quieren un voto de confianza, intentan que la gente crea que hacen las cosas bien, que se castigará a los ladrones, a quienes defrauden al pueblo y lucren con las riquezas del país.
Aprobaron la Ley Anticorrupción y pareciera que comienzan a dar muestras de que si quieren que se castigue a todos los servidores públicos que comentan ilícitos, que quienes defrauden al pueblo serán sancionados y hasta encarcelados para que paguen su falta, por el bien del país, ojalá así sucediera pero la gente sigue desconfiada, no cree que los políticos, los legisladores en este caso, sean tan valientes y exijan se aplique la ley sin distingos de partidos, saben que muchos de ellos tienen cuentas pendientes y por eso se duda.
La Ley Anticorrupción señala que todo servidor público deberá hacer su declaración patrimonial ante su órgano de control de la instancia gubernamental donde labore, eso ya existía, no es nuevo, y sí, siempre se hace pero igual resulta que a ojos vistos se han enriquecido y los que son sancionados es por ajuste de cuentas políticas no por el fraude que cometieron al erario y la confianza de la gente, pero bueno, ahora dicen irán en serio.
También marca la nueva Ley Anticorrupción que los titulares de los órganos de control serán nombrados por la Cámara de Diputados, iguale esto ya sucedía, pero igual no pasa nada porque se designa el jefe que quiera el ejecutivo en turno, a menos que el partido en el poder no cuente con la mayoría de los legisladores, eso es lo que sucede, luego esos mismos diputados son los que cubren las corrupciones.
Que el Tribunal Federal de Justicia Administrativa sancionará a los malos servidores públicos, también eso dice la ley aprobada, ojala que se aplique parejo, que quien incurra en malas acciones, atente contra las riquezas o se enriquezca con el puesto, pague con cárcel conforme a lo dispuesto, se le exhiba y obligue a regresar lo robado y no lleguen a un arreglo político que los exonere, como muchas veces ha sucedido.
La Auditoria Superior de la Federación revisará en cualquier momento la aplicación de recursos destinados a Estados y Municipios, dice otro apartado de la dichosa ley anticorrupción, parecen buenas noticias, pero a decir verdad pueden ser muy malas para todos aquellos contrarios al sistema porque eso también se puede utilizar en contra de aquellos que el supremo gobierno quiera desaparecer políticamente.
Los delitos de corrupción prescribirán 7 años después de cometidos, más de un sexenio, tiempo suficiente para que las riquezas descansen en países lejos de los mexicanos, siendo mal pensados, también aquí servirá para negociar acciones políticas y blindajes de administraciones salientes con las entrantes.
Dará seguimiento a las investigaciones de posibles actos de corrupción el Sistema Nacional Anticorrupción, todo estaría bien si el pueblo, con agrupaciones sociales, universidades entre otros, fueran los que designaran al titular de este órgano, de lo contrario todo puede ser manipulable.
Por lo tanto, aunque parezca que los legisladores federales fueron valientes y están decididos a contribuir al combate de la corrupción, no lo son tanto, el tema tiene muchas aristas, estas se irán viendo de acuerdo a los tiempos políticos, ya lo verá, seguirán los acuerdos en las alturas y mientras tanto el pueblo Juan se llama.
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