A 35 años de haber hecho “click” en el primer evento, a iniciativa de Don José Villarreal Caballero, pero a 42 de ejercicio periodístico en materia de fotografía el columnista desea pedir perdón a los miles de personas que, durante ese lapso -35 años en Tamaulipas- tuvieron que soportar la presencia del mismo en cualquier tipo de evento: político, cultural o de otra índole.
Luego de asistir a la magnífica gala denominada “Festival Cuerudo, Tamaulipas es mi tierra”, que con el espectáculo titulado “Estampas Tamaulipecas”, mismo que tuvo lugar en el Teatro “Amalia G. de Castillo Ledón” del Centro Cultural Tamaulipas con motivo del 190 aniversario de la capitalidad de Victoria, no puedo más que disculparme con quienes me atravesé en su trayectoria hacia el escenario.
Hoy asistí como un común espectador, atendido por Eric Valdés y Noé Rodríguez, quienes prestan sus servicios para el Ayuntamiento de Victoria que preside Alejandro Etienne Llano, y hemos de decir que ha sido una de las veladas más extraordinarias que se hayan presentado en el máximo foro cultural de la capital tamauipeca.
Con Marisa Avilés Arreola e Isabel Arreola de Avilés en los actos iníciales, disfrutamos todos de bailables ejecutados magistralmente por pequeños cuyas edades rozan los 7 u 8 años, hasta los jóvenes del ballet folclórico de la U.A.T. y de la Casa del Arte; también vimos huapango con bailarines en sillas de ruedas, un magnífico trío y a Tomás Gómez Valdelamar, la joya del folclore y máximo representante actual con sus niños huapangueros, o las picotas de la zona centro.
No se puede dejar a un lado escuchar el “te toca a ti pagar el pato, vato”, de Jaime López, o del inolvidable Panchito Flores esa melodía compuesta a su amada esposa donde le canta-reza: “Oh, divina mujer, dame tu corazón… pues tú eres la mujer, a quien di el corazón”, o “tu bien sabes que es, mi más loca ambición”, al referirse al inmenso amor jurado y cantado una y mil veces.
Disfrutamos como cualquier espectador uno a uno los más de 24 cuadros artísticos de nuestra Victoria querida, y en ese sentido también escuchamos a Alejandro Etienne, alcalde de Victoria quien, con su increíble esposa Katya Salinas de Etienne nos regalaron palabras muy emotivas a todos los que tuvimos honor de ser testigos en tan especial festejo.
Y seguimos pidiendo perdón por las miles de ocasiones en que nos paramos para imprimir una fotografía, estropeando la vista de alguien seguramente, y que hoy lo recordará con poco tino, pero que nos ha disculpado seguramente, a sabiendas que fue nuestra pasión y trabajo.
El cazador de imágenes está ya lejano a la realidad y a sus capacidades físicas actuales: la cámara está convirtiéndose en un objeto de recuerdos y un souvenir. Los mejores años para tomar imágenes de artistas y gobernantes han quedado atrás, como nos ha sucedido a muchos otros.
Ya la vista se ha alejado para hacernos vivir más en el recuerdo que en la realidad, y en ese sentido, queremos pedir perdón a cada una de esas maravillosas personas a quienes obstruimos la visión en una o más ocasiones.
Somos humanos, pero cada vez que oprimimos el obturador lo hicimos con toda la pasión y profesionalismo del mundo, por eso anteponemos el motivo para ser disculpados.
Victoria merece espectáculos de este tipo y estamos agradecidos en todo lo que vale.
Nuestro alcalde Alejandro Etienne Llano encabezó el festejo tan emotivo y multicolor, multisonido y multisentimiento que vivimos este martes en el Teatro, nuestro gran teatro. Gracias, estimado Alejandro, el amigo, el alcalde, el promotor cultural, el que encabezó el esfuerzo que corona con magistralidad Armando Cavazos, como gran artista que es.
Gracias a cada uno que con sus notas o compases entregaron lo mejor de sí, a 190 años de la capitalidad de la ciudad que duerme al pie de la Sierra Madre.
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