Hace una semana la gente estaba escéptica acerca de los cuartos de final del Ascenso MX, más específicamente como es normal de la llave de Correcaminos, transcurrió la semana y llegó el día del juego de ida; lamentablemente, no fue lo que todos deseábamos, realmente al equipo le falto contundencia porque llegadas si las tuvo y el mismo Ricardo Cadena en la sala de prensa reconoció que hubo mucha imprecisión por parte de su equipo al momento de tocar la pelota y buscar el arco rival.
Me tocó verlo al concluir el partido, los jugadores salieron molestos consigo mismos, Eddie Hernández tenía el semblante desencajado, Miguel Pinto se sentó con impotencia en la banca viendo como la afición abandonaba enojada el Marte R. Gómez, y Alejandro Berber después de otorgar la entrevista que usted amigo lector pudo escuchar en la página de facebook de Tribuna Naranja (eso sí, con una amabilidad tremenda), hizo lo mismo que el cancerbero chileno; esto solo por mencionar a algunos protagonistas del partido.
El panorama resultaba muy desalentador para el equipo naranja, tenía que ganar por diferencia de dos goles a uno de los mejores equipos de la competencia, mismo que no había caído en casa durante la fase regular, aunque algunos pocos teníamos fe en que esto ocurriría y que Correcaminos se acordaría que es un equipo profesional y que deberían entregarse totalmente en la cancha; muchos otros, ya daban por perdida la serie desde el juego de ida y se entretenían tratando de adivinar cuántos goles esta vez recibiría Pinto.
El mensaje de Ricardo Cadena fue claro desde el once inicial, el equipo buscaría a como diera lugar llevarse el triunfo y el boleto a semifinales al poner de arranque a “Tatá” y a Cortes para que hicieran tercia con Saucedo, dejando al hondureño Hernández en el banco de suplentes, y era de entenderse, pues lo que buscaba generar era peligro en base a velocidad y no a pelotazo al área como lo hizo en la ida.
No pasó mucho para que nuevamente Arturo Alvarado hiciera levantarse de los asientos a todos los aficionados que aun creían en este equipo, y después de varias llegadas fue el brasileño Goncalves, quien a pase de Saucedo se enfilo rumbo a la portería y definió con potente disparo a un costado de Urbina para que la fanaticada naranja gritara el gol frente al televisor o monitor de la pantalla en caso de que se viera por internet.
Después de esto ya no hubo más goles y los gritos de emoción y felicidad fueron cuando Miguel Pinto salvaba una y otra y otra vez su meta ante los embates licántropos que buscaban a como diera lugar el gol que les diera el empate global y a la postre el pase por posición en la tabla.
El silbatazo final se produjo después de un tiro de esquina en contra en donde hasta Urbina fue a rematar en busca del gol milagroso, esos que por lo general a Correcaminos siempre lo terminan por matar; el silbante decretó el final del encuentro, y la alegría se desato en ciudad Victoria, y todos los aficionados que no creían en la remontada se querían subir nuevamente al barco, diciendo que así es como deberían de jugar siempre, y que no les costaba nada.
En mi opinión, el equipo se entregó en la cancha, pero concuerdo en parte con los que se bajaron el viernes del barco; acaso, ¿es necesario ir perdiendo en el global para jugar mejor?, yo no lo creo, ahora se vienen dos juegos muy difíciles vs Atlético San Luis, líder general del torneo Clausura 2015.
El dato: En la jornada 12 del presente torneo, el equipo de la U.A.T. se metió al Alfonso Lastras para quitarle el invicto en casa a los potosinos con un golazo del “Pistur” Alvarado.
