La difícil tarea de ser periodista (Y más en tiempos electorales)
Por: Alma Niger17/04/2015 | Actualizada a las 22:04h
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Ser periodista no es fácil. Hay quienes creen que es una labor cómoda, pero es como los que ven los toros desde la barrera, o como en cualquier otro deporte donde se insulta al jugador que no logró pegarle bien a la pelota, sea cual sea la actividad deportiva. Criticar es muy fácil. Asumir la responsabilidad, es lo difícil. Hace no mucho tiempo una persona me confrontó diciéndome que los periodistas éramos unos vendidos porque no publicábamos las noticias de los muertos que había en la ciudad y que si acaso lo hacíamos no dábamos a conocer a detalle cosas que según esa persona, todo el pueblo sabía. Yo le aclaré que no nos vendíamos con nadie para no publicar hechos delictivos, y que si asumíamos tal posición era más que nada era por seguridad propia. Entonces me dijo que éramos unos cobardes. Fue entonces que yo le dije, “vamos a hacer una cosa, si usted sabe de algún crimen, páseme los datos y yo con mucho gusto hago la nota, pero pongo que usted fue quien me pasó la información”. “¡Está usted loco!”, me espetó inmediatamente, “¡quiere que me maten o qué!”.
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
La conclusión de dicha plática es por demás entendible. El hombre se fue refunfuñando, evidentemente molesto por la respuesta que le di. Es claro que no iba aceptar la oferta, no le convenía para nada meterse en problemas. Nadie quiere tener problemas. Nadie quiere pasar a mejor vida. Igual le pasa al periodista. Tiene que cuidarse. Tiene que proteger a su familia y los suyos, esto en el caso de quienes cubren la denominada “nota roja”. En lo particular no soy periodista policíaco, aunque esto no es justificante, porque un periodista debe saber informar sobre todos los temas habidos y por haber. Sobre todo cuando se es columnista. Aunque la mayoría de los columnistas se especializan en temas políticos. Y algo similar, aunque no tan mortal, pasa actualmente con los periodistas que manejan el tema político. Están en una encrucijada, entre la espada y la pared, respecto a la información que tienen que, y sobre todo deben, manejar, para mantener informada a la comunidad, a sus lectores, por escasos que estos sean, sobre el tema político.
¡COMO QUIERA ESTÁS VENDIDO!
Hoy en día los periodistas políticos están (estamos, kimosabi) siendo escarnio de una serie de ataques por parte de muchos ciudadanos. Es válido. Yo siempre he dicho que así como somos buenos para criticar, debemos también ser buenos para aceptar la crítica. Pero a veces dicha crítica no tiene razón de ser. Hay gente que se molesta por el simple hecho de que uno critica a un candidato, que viene a ser el abanderado de las preferencias de ese ciudadano criticón, quien inmediatamente acusa al comunicador de estar vendido con otro candidato, normalmente el adversario político más cercano al de sus preferencias. Y hacer acusaciones es muy fácil, lo difícil es presentar las pruebas de tales señalamientos.
LA CONCLUSIÓN DE TANTO MITOTE
Dicho de mejor forma, si el periodista critica al candidato del partido rojo, está vendido con el del partido azul, quien ya le dio una “feria” para que justamente le sacara los “trapitos al sol” a su oponente. Y si critica al del partido azul, está vendido con el del partido rojo. Si critica a los dos, está vendido entonces con el candidato del partido amarillo, el naranja, el verde, el morado o cualquier otro color. Lo mismo pasa si el periodista habla bien del candidato del partido rojo, lo acusan de estar vendido a dicho partido. O si habla bien del candidato azul, el amarillo, el naranja, el verde, el morado, la misma cantaleta, entonces recibe dinero de esos partidos. Y si no crítica a nadie, ¡como quiera lo critican por no criticar! Y si aplica la imparcialidad y habla bien de todos (como debe ser) ¡es un voraz, les agarra dinero a todos, no deja títere sin cabeza! Peor aún, si critica a todos por general, es que quiere que todos le den dinero. Total, que no se tiene contento a los lectores con el tema político.
EL LECTOR ES EL QUE MANDA
Y todo esto viene a colación porque en plática con varios compañeros comunicadores, salió a relucir justamente la encrucijada en que estamos muchos de los que ejercemos el periodismo, justamente en estos tiempos políticos. Hay quienes asumen que no nos queda más que aplicar ese popular refrán de “haz lo que quieras, porque hagas lo que hagas, ¡como quiera te van a criticar!”. En este caso sería “publiques lo que publiques, como quiera te van a criticar”. Y de hecho esto también aplica para los políticos, quienes hagan lo que hagan, como quiera los van a criticar. Porque así es la política en México, así la hemos moldeado con el paso de los años, y no queda más que aceptarlo. Aunque eso sí, nadie le quita al periodista, al reportero, al columnista, el privilegio de estar debidamente enterado, porque a eso se dedica. La forma en que se maneje la información, ya es cuestión de cada quien, pero sobre todo es cuestión de la credibilidad que tenga, porque a fin de cuentas el lector es quien emite el juicio final, nos guste o no. Así de fácil y sencillo.
EL VIOLADOR
Había un bandido que después de atacar sexualmente a las jóvenes, les ponía una madriza hasta dejarlas medio muertas. En ese pueblo había una mujer, tan pero tan fea, que nadie le hacía el favor, y la pobre estaba muy desesperada porque a sus 34 años aún no había hecho el amor. En el colmo de la desesperación, la fémina salió en la noche, sin importarle el riesgo, para ver si se le hacía con el 'Violador Madreador y se sentó en una banca del parque a esperar.
Como a eso de las 12 de la noche se le aparece éste y le dice: "¡Agárrate mamacita, porque soy el 'Violador Madreador'!"
La toma entre sus brazos y empieza a desnudarla, en eso, un destello de luz da en el rostro de la dama, el violador la ve a la cara y le avisa: "Este... ¿Sabes qué? A TI NADA MÁS TE VOY A MADREAR".
LAS MONJAS
Tres monjas siempre pasaban por donde un loro, camino al convento y el loro siempre decía tres colores y las monjitas no sabían por que, hasta que se dieron cuenta que eran los colores de sus calzones. Las monjas deciden ir todas de un solo color y el loro dice "blanco, blanco y blanco", y las monjitas no lo podían creer, así que para quitarse las dudas, las monjas van sin nada abajo y el loro dice: "¡LACIO, ONDULADO Y RECIÉN RASURADO!".
OTRO DE MONJAS
Un grupo de monjas se va a confesar; la primera comienza: "Padre, me he reído en misa".
"Está bien, hija, reza un rosario".
Viene la segunda: "Padre, me he reído en misa".
La tercera dice lo mismo, y la cuarta, y la quinta, hasta que llega la última y el sacerdote se adelanta: "Ya sé, tú también te reíste en misa".
"No, padre, YO FUI LA QUE ME TIRÉ EL PEDO".
Juan Rodríguez Contreras (Alma Niger). Ha sido presidente de la Asociación de Periodistas de Nuevo Laredo. Es columnista del periódico Última Hora de Nuevo Laredo. Colabora para el portal de noticias Hoy Tamaulipas y para El Gráfico de Ciudad Victoria, además de otros medios. Es editor del portal www.revistalaneta.com.mx y además es comentarista político del noticiero nocturno de La Raza del 95.7 de FM en Nuevo Laredo. Es periodista desde hace 27 años y ha colaborado para los periódicos Laredo Ahora y El Diario de Nuevo Laredo.
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