Si tus roces escapan, si te faltan agallas, si te sobran excusas, si tus manos se cierran, si desgarras mis ojos, si tu boca se frunce, si enmudeces al verme. Si pretendes dejarme sin querer despedirte, si decides correr con las piernas dobladas, si de pronto tropiezas sin poner ni las manos, si la luz te desnuda sin que dejes que observe, si en la noche tu cuerpo se me esconde en las sombras.
Si tu mar no se agita, si tus olas no rompen, si tu barco acelera, si tu lancha se aleja, si te olvidas del puerto que algún día fue nuestro, si te pierdes en mares de países extraños.
Si prefieres un rostro con detalles en mármol, si te vas a otros brazos de madera tallada, si eliges unas piernas de arcilla trabajada, si escoges un torso de cerámica esculpida.
Si no aspiras a verme, si mudas de litera, si duermes y amaneces en cama del destino, si llenas tus almohadas de llanto simulado, si olvidas que el silencio es madre, padre y tiempo, si sueñas que no quiero quererte ni tenerte, si sueñas que no quieres tenerme ni quererme, si giras y volteas, si pides y no entregas, si piensas sin actuar, si actúas sin pensar.
Si cambias tus anillos, si cambias tu bufanda, si cambias tu camisa, si cambias tu mirada, si cambias tu sonrisa, si te cambias a ti, si me cambias a mí.
Si me dejas aquí, si te vas sin mí, si me dices adiós, ¿qué puedo hacer? Si no te importa a mí no me importa, y no me queda más que pedirte, por dignidad, por autoestima, cariño propio, o lo que quieras…que no vaciles, que no flaquees, que no te tientes, que no te amargues, que no te pares, que no te arrastres, que no lo pienses, que ya no intentes, que ya no trates, que no procures, que no pretendas, que no me canses.
Que ya no grites, pues nadie escucha ni nadie calla. Que ya no mientas ni por castigo ni por bondad. Que no derroches buenas palabras pues ya no creo ni un buenos días. Que no te esfuerces por corregirnos pues tu partida ya habló por ti.
Que no malgastes tu amado tiempo, que no desandes ni un solo paso, que no retires
lo que ya has hecho. Que no te duelas de lo sufrido, que no te sientas arrepentida. Que no recuerdes ningún instante, ningún minuto, ningún segundo. No vayas lento, que faltan días y no hay relojes que nos den prisa. No gastes horas con tus lamentos, que yo ya quiero que estés muy lejos. No te despiertes con la tristeza de haberte ido y buscando el modo para volver.
Ya no regreses, no te retornes.
Si ya te fuiste, yo no estaré.
