Los aficionados coinciden en señalar que cuando un boxeador logra noquear con un golpe al rostro a sus adversarios, se da una demostración de fuerza, algo sumamente espectacular; pero cuando la pelea se define por la ruta larga, cada golpe a los riñones del adversario representa un despliegue de estrategia rumbo a la victoria.
Los cronistas deportivos afirman que la técnica del golpeo repetitivo al cuerpo ha permitido a peleadores de bajo tonelaje lograr contundentes derrotas al someter a sus rivales a un severo desgaste; la técnica consiste en aguantar castigo, y en los dos últimos rounds, pulverizar al oponente ya sin fuerza en las extremidades para defenderse de un certero ataque. En sus mejores momentos, Jorge “El Travieso” Arce fue un notable exponente de esta estrategia.
¿Qué es lo que está buscando el Partido Acción Nacional al emprender una campaña de contrastes y ataques en contra del PRI y el Partido Verde? Algo muy evidente: provocar el desgaste a dos rivales por la ruta larga; por un lado debilitando al más fuerte, y en el flanco contrario, conteniendo el riesgo de verse rebasado por una marca que vende atributos interesantes para un importante sector de votantes cada vez menos enganchados a las ideologías y más proclives al pragmatismo electoral.
A estas alturas del proceso electoral, a muchos sorprende que a pesar del evidente desgaste de la figura presidencial, el PRI sigue encabezando muchas de las encuestas de preferencia electoral por un margen aparentemente cómodo; del 10 al 7 por ciento en muchos de los sondeos. El PAN es el partido que más problemas ha enfrentado para reposicionarse después de la estela negativa de 12 años de permanecer en el gobierno federal. Para muchos electores, el PAN es un ejemplo claro de lo que ocurre cuando llega al poder un partido con buenas intenciones, pero poco margen de acción para aterrizar proyectos y amarrar consensos con sus rivales.
Como lo hemos apuntado en anteriores entregas, el proceso electoral 2015 será clave para definir el futuro de Acción Nacional, donde los enconos internos continúan encendidos. A pesar de que en algunas ciudades y distritos del país el partido blanquiazul sigue contando con un importante número de simpatizantes, el daño provocado por las pugnas entre las corrientes encabezadas por los expresidentes Fox, Calderón y su actual dirigente nacional Gustavo Madero han hecho a pensar a más de un panista que les resultaba más cómoda la posición de aliado del poder que durante años jugó su partido a enfrentar el dilema de repartir el pastel gubernamental sin caer en la tentación de fomentar nuevos cacicazgos.
Es por ello que la estrategia de emprender una campaña de alto contenido crítico en contra del PRI resulta lógica; el PAN está obligado a marcar su territorio y en su momento, fijar nuevas condiciones para cogobernar en la segunda mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto. El Presidente está urgido de aliados, así que ya habrá tiempo para lamerse mutuamente las heridas de aquí a la próxima contienda presidencial.
Por otra parte, el Partido Verde se presenta como el invitado indeseable en la contienda electoral, principalmente en lo que se refiere a la expectativa panista de recuperar el terreno perdido en 2012. La izquierda mexicana o como quiera que se llame esa impresentable mescolanza de intereses y aberraciones ideológicas que representan el PRD, Morena, el PT y Movimiento Ciudadano cometió el pecado de morderse su propia cola, pulverizando el peso específico de una corriente crítica que se antojaba necesaria para jugarle un verdadero contrapeso al poder. En el fondo, personajes como Alberto Anaya, Andrés Manuel López Obrador, Dante Delgado y Los Chuchos son tremendamente idénticos: cada uno busca el poder bajos sus propios métodos, para sus propios fines y sin importar a quién tengan que pisotear para lograrlo. La izquierda mexicana lleva en el pecado de su soberbia la propia penitencia de su enanismo electoral.
Será interesante ver lo que ocurra en los próximos días, la pregunta obligada es: ¿seguirá el PAN tratando de descontar puntos a la aparente ventaja tricolor o se concentrará en un objetivo más cercano, que será impedir que el Partido Verde lo rebase por la derecha? ¿Seguirá en la técnica de los golpes al riñón para desgastar al rival o pretenderá ir por el nocaut?
Veremos y comentaremos.
DE BOTEPRONTO: Cada día se recaban más evidencias para presumir que la elección en el Cuarto Distrito electoral de Tamaulipas, con cabecera en Matamoros, podría resolverse en los tribunales y no en las urnas. Se está poniendo bueno. Al tiempo.
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