El miedo es una emoción habitualmente desagradable cuando se siente percepción de peligro ante una amenaza, los políticos que se encuentran actualmente en franca competencia por conquistar el Poder Supremo de la República utilizan este medio conceptual y para lograrlo es necesario reducir ese Poder para eliminar cualquier intento de repetir, hablando de partidos, por los efectos naturales de otra emoción, la ambición, la de poder administrar el Presupuesto Federal que comprende 4 mil millones de millones de pesos, cantidad de dinero que hace de la ambición una plataforma de partido oculto en la política del miedo, en otras palabras, es una forma de conquistar el Poder creando miedo a la sociedad para evitar que el actual gobierno continúe en su actual posición.
Ese medio es relativamente fácil de incrustar en la conciencia colectiva, solo es cuestión de realizar incidentes que no tengan explicación lógica para generar leyendas que impacten en la sociedad para que esta sienta miedo de los que gobiernan y, facilite la acción de no votar a favor de ellos, lógicamente es necesario crear condiciones de miedo e intranquilidad contra los actuales gobernantes.
¿Por qué? Porque se origina con conflicto básico que no tiene solución o, que no se quiere activar su solución. Es una coordinación psicológica de masas que supuestamente para los que utilizan esta estrategia, sirve de apoyo con la intención de transformarla en formula fundamental para mantener el control de la población, para lograrlo, utilizan los medios de información a su alcance y desde el inicio de la Política de Hacer de México un país de Instituciones, se han encargado de hacerlo contrariamente a sus ideales originales para arribar a la Alta Política y controlar, no a la población ya controlada al obtener sus votos, si no al control de erario federal que tanto dinero tiene para hacer de su gobierno un escalón de control más alto, el manejo del Presupuesto, en otras palabras controlar la riqueza que genera el pueblo mexicano.
En la mente del pueblo es necesario mantener el temor de acatar la política del Gobierno en funciones y de ahí, el impulso hacia los infiernos políticos que opera el actual gobierno y hacer él un sistema político gobernado por Lucifer, hasta ahora esa posición política les ha dado estupendos resultados al grado que casi viven como si fueran hacendados de la época de PORFIRIO DIAZ, el Ex presidente VICENTE FOX es un magnífico ejemplo desde que implementó su Política de Cambio.
Con ese régimen de publicidad y con el principio de una mentira dicha mil veces, se convierte en verdad, la izquierda ha venido trabajando para eliminar cualquier filtración en sentido contrario por lo que ha de pagar bastante dinero para mantener ese nivel de información.
Este comentario no está a favor de la oligarquía, pero la izquierda, la que está a favor de las clases necesitadas, la clase pobre que necesita apoyo para salir de la pobreza repetidos todos los día y en casi todos sus discursos que se supone va de acuerdo a sus principios e ideales políticos, con su actitud, favorece más a la oligarquía que a sus defendidos.
Con su proceder de crear miedo, como respuesta lógica existen culpables, y de ellos hay que hacer leña, porque es un miedo provocado y estimulado, porque consideran que la actitud del gobierno puede hacerle daño a su patrimonio, no importa si esa política le hace daño a la República, lo esencial es echar a un lado a quien ejerce esa facultad y eso hace obligatorio crear un ambiente de miedo para ocultar la verdadera razón del ejercicio político que las ha dado la Constitución Política, de tal forma que a manea de conclusión, están inclusive, contra los ordenamientos constitucionales.
Ese tipo de políticos por su proceder y de acuerdo a sus discursos saben que cuando el miedo carece de raciocinio, conjuran una práctica que facilita el uso cotidiano del terrorismo como medio de cohesión social y construyen a base de publicidad una imagen de unidad social contra algo que ni ellos mismos entienden, pero da dinero.
Están creando en México la cultura del miedo como una percepción de la sociedad que tiene su complemento, la ansiedad, que sirve para interese personales con la herramienta habitual de ampararse en los medios de información donde ocultan sus verdaderas intenciones.
La estrategia del miedo ha dado estupendos resultados en México en un procedimiento muy sencillo, es enviar a la opinión pública miles de mentiras y rumores sobre los adversarios políticos, hay que abrumar a la sociedad con intensos anuncios en tamaño y cantidad como “México se va al despeñadero” “Si se puede, a poco no” “Están vendiendo México a los extranjeros” “Nuestro único patrimonio estará en manos extranjeras”, este último mensaje en los medios tan socorrido representa que la izquierda está dispuesta a entregar ese patrimonio sin defenderlo.
Lamentablemente intentan imitar a ADOLFO HITLER cuando este personaje exaltaba los valores nacionales alemanes amenazados y manifestaba que las palabras llevan a un líder a la victoria sobre sus oponentes y, la boca y la lengua son armas muy poderosas. MI lucha.
Los que platicamos con amigos sobre este género de literatura a veces coincidimos en la necesidad de que México tenga políticos honestos, es decir, que mantengan su palabra cuando expresan sus planes, ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, al que le quitaron el fuero, era otro tipo de líder.
Cuando le ordenaron cubrir a ARTURO ARCIPRESTE NOUVEL la cantidad de mil 800 millones de pesos por indemnización sobre el Predio Paraje San Juan el PEJE se negó y presentó pruebas del fraude que se estaba cometiendo, sin embargo la Suprema Corte de Justicia mantuvo su orden y al no darle cumplimiento se ordenó su desafuero por desacato, para posteriormente traer detenido de Cuba al Señor Arcipreste por aportar documentos falsos y varias acciones fraudulentas.
No le dieron la razón a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR fue desaforado, probablemente le perdió la fe al sistema jurídico mexicano y se dedicó a denostar todo tipo de gobierno que esté al frente de la República, eso determinó dos clases de político en el PEJE, antes y después de la Regencia del Distrito Federal. ¿Venganza?