Las estadísticas espantan: se ha incrementado el número de accidentes automovilísticos, gracias a la irresponsabilidad de autoridades y automovilistas. explicamos:
Haga el ejercicio cotidiano: salga manejando su unidad motriz hacia cualquier punto de la ciudad, en cualquier calle o avenida, y se dará cuenta de lo siguiente: la gran mayoría de automovilistas van con una mano en el volante y otra en el celular. Se acusa a los jóvenes de ser los irresponsables que manejan borrachos y chateando, y para nuestra sorpresa, los adultos somos mucho más irracionales, porque hay más viejos que chocan ebrios y por causa de ir en el chat, en el Facebook o en Twitter, pretendiendo hacernos pasar por jóvenes expertos, cuando nuestra calidad de aldeanos digitales nos priva de las habilidades que tienen los muchachos.
No eximimos a éstos últimos de responsabilidad: sienten que el mundo es de ellos, y aplica para todos los que manejamos: no hay edad o sexo, menos condición social, aunque dicho sea con todo respeto, se presenta más en gente con posición económica estable hacia arriba, porque son todavía esos que creen que el mundo les debe y no entienden que un ser humano vale lo mismo donde se encuentre, y un accidente no distingue el tamaño de la cuenta de cheques o el nombramiento que les hayan entregado años atrás.
Hay muchos accidentes; la prepotencia es el pan de cada día, y en contraparte, la autoridad que no quiere poner orden por miedo a represalias o que una muchachita adinerada les ponga en un sitio que no corresponde, le llame a papi y amenacen con correrlos o algo por el estilo: “es hija de tal o cual” como siempre sucede, y encima de todo, los muy pocos agentes que se atreven a ser justos son regañados. La gran mayoría no tiene los arrestos suficientes para hacer valer la ley y solo se ubican donde puedan quitar dinero a algunos cuantos.
Los extrañamos en la salida de las escuelas privadas y públicas porque dicen que no van “porque la gente no hace caso”, y así, dejan el embotellamiento a todo lo que da.
Pero lo más grave es que se siguen aumentando las estadísticas de “expertos en Face” que chocan, y uno que otro se lleva de encuentro a inocentes, como suele suceder.
Eso lo vemos todos los días. Alarma, espanta… preocupa.
Insistimos en que la autoridad debe ser dura con estos incumplidos: meter en cintura a sus agentes y establecer multas muy elevadas para que, quien caiga en ese ilícito pague tanto dinero que no le queden ganas de volverlo a hacer.
Pero con multitas de 100 o 150 pesitos… la verdad, nadie se asusta, menos cuando van y se las condonan. Hay que hacer valer la ley, suponemos, y además, entendemos que somos la mayoría los que queremos una ciudad segura y con los mecanismos necesarios que nos garanticen que hay legalidad en sus agentes, sus autoridades, y sobre todo, que nuestros conciudadanos saben respetar las leyes vigentes.
No podemos seguir así: cada día hay más infractores de celular en mano y volante en otra, y urge una medida que ponga orden.
Porque, de otra forma, podemos padecer lo que en algunas ciudades del mundo, donde es tal la falta de observancia a la ley que los muertos se cuentan por miles, casi como con nosotros.
¿No cree que ya es tiempo de hacer algo?
Por lo pronto, podría usted ayudar a dejar su celular a un lado, no contestar ni nada durante su manejo automotriz, que estamos seguros que el mundo no cambiará por qué no conteste un mensaje de Face o de Twitter.
Ni que fuéramos tan imprescindibles en la historia de la humanidad. ¿no cree usted?
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