¡Suben!
Tenga o no razón la influyente y hoy multi-defendida periodista CARMEN ARISTEGUI, miles hacen suya la causa de buscar un espacio de expresión libre y abierta.
Primero, porque se necesita y porque una sociedad con una democracia que no termina de madurar como la de México no se debe seguir con los ojos vendados ni la boca amordazada.
Que si a un gobierno de la extracción partidista que sea le conviene tener a un público entretenido no está en duda.
Tampoco el que para eso están los contrapesos informativos.
Obviamente, estos lo serán en la medida en que los y las comunicadores no asuman un papel de activismo parcial, porque ahí se les acaba la gracia.
Así que entonces, tenemos a un pueblo que está muy lejos de estar dormido, pero suele tener amnesia así como un aletargamiento que sólo se despabila cuando algún fenómeno social surge.
Lo bueno es que brota; lo malo es que emana cual moda. Y después, todo sigue igual o peor.
Sucedió con el #YoSoy132 y al aun latente #TodosSomosAyotzinapa, movimientos en los que miles participaron genuinamente en la forma, pero en cuyo fondo podría haber mano negra.
¿Lo dudan? Ahí les va entonces una interrogante.
¿A dónde fue a dar ATTOLINI, uno de los representantes del primero de ambos grupos? ¿No criticaba a Televisa y a la primera de cambio aceptó estar en un programa de esa empresa?
¿Por qué sólo se iban contra las cosas o los elementos que favorecían al candidato del PRI? Mi pregunta no es defensa, porque no cuestionaban nada injusto. Pero se vieron muy parciales.
Reitero: Miles o quizá millones de personas que se IDENTIFICARON con la causa (nacida en la víspera de la elección presidencial de 2012) seguramente sí obraban de manera honesta.
El tercer ejemplo es eso que hoy se ve a favor de la comunicadora, que como comento al inicio, ha hecho que muchos se identifiquen solidariamente porque la ven como una voz libre y sin ataduras.
Muy respetable, pues, que miles así la conciban y hasta consideren que su salida de la empresa (de la que ya había estado fuera en 2011) sea un movimiento orquestado desde Los Pinos.
La misma ARISTEGUI dice que alguien con mucho poder planeó su salida.
Hasta el momento y sólo en términos circunstanciales (no con pruebas) también sus simpatizantes o gente anti-sistémica creen que al gobierno federal no le conviene alguien tan crítico.
Puede ser. Este escribiente es de la idea de que a ningún gobernante de los tres órdenes de gobierno, así como a ciertos autoproclamados mesías de oposición, les gustan las críticas.
En ambos casos hay poder suficiente para sacar del camino a los detractores, usando los pretextos que sean.
-Unos, con el código penal, las influencias políticas y el presupuesto de medios informativos en la mano.
-Los otros, con la manipulación de masas y el chantaje mediático, escudándose en desgracias sociales que le sirven de estandarte y que llevan al linchamiento popular de sus críticos.
EL CASO CARMEN
Si nos centramos objetivamente en el ejemplo práctico veremos que en su momento ARISTEGUI sólo se fue contra los inquilinos de Los Pinos y de la Casa Blanca.
La investigación de su equipo nos hizo ver que los bolsillos y las cuentas del Presidente de la República no eran tan transparentes y eso sí es favorable para abrirle los ojos a la gente.
Es algo que sienta precedentes.
Dicha pesquisa periodística hizo cimbrar el gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO, al filtrarse cuando más crecía el escándalo por la aun irresuelta desaparición de 43 normalistas en Guerrero.
Así que, SI DE VERDAD alguien ordenó o negoció su salida, sería un retroceso muy grande para lo que se haya avanzado en torno a la libertad del ejercicio periodístico.
Esa no sería la primera ocasión que se emplea la “línea” desde arriba para quitar de en medio a alguien incómodo para el sistema.
¿Alguien recuerda cómo le fue a GUILLERMO OCHOA cuando se pasó del tiempo marcado en Televisa y entrevistó al ex líder petrolero JOAQUÍN HERNÁNDEZ GALICIA “LA QUINA”?
LA VERSIÓN NO. 2 DE LA SALIDA
En el caso de ARISTEGUI, lo que ocurrió en los hechos visibles fue que cancelaron su contrato, tras el ultimátum que ella puso para que regresaran dos reporteros despedidos.
Ambos son los mismos que encabezaron la investigación de la Casa Blanca de la esposa del Presidente, comprada al empresario que más se ha beneficiado por PEÑA NIETO.
El detalle es que ellos fueron corridos por haber utilizado días atrás y sin permiso el nombre/marca de la empresa MVS para sumarse a un organismo llamado “MÉXICOLEAKS”.
Dicha plataforma servirá para la difusión de documentos y archivos que exhiban la corrupción, cosa que podría prestarse a la difamación y a la injuria, aunque esa es otra historia.
¿Coincidencia o “coincidencia”? Algunos dan por hecho que fue por el reportaje; otros más, que la empresa obró en estricto apego a sus reglas.
A lo mejor alguien podría pensar: ¿Era necesaria tanta severidad? ¿No habría bastado una llamada de atención? ¿No bastaba con una suspensión si como sea la empresa no se unió a ese organismo?
Otra postura es: ¿Y qué no el que paga manda? ¿Es justo que además de exigir su derecho un empleado le ponga tanta condicionante a sus jefes sin razón? ¿O para qué estar donde no te quieren?
El lector tendrá su propia respuesta.
Entre tanto, MVS ya negó presiones de la Presidencia para que saliera ARISTEGUI.
Sin embargo, y guardando las proporciones, no la vimos hurgar o cuestionar siquiera en las también nubladas cuentas del izquierdista ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Nos habría gustado que preguntara de dónde proceden sus recursos, si sólo hay una asociación civil que le patrocine o de dónde saca para sus viajes desde 2006.
Claro que ella es libre de inclinarse hacia la ideología que quiera, pero sin que eso le nuble la visión periodística, cosa que ella sabe muy bien.
EL DERECHO DE HABLAR
Pero hablaba de la necesidad de tener libertad de expresión y de lo que hacemos con ella cuando llega a nuestras manos.
Eso, aun cuando la historia reciente NOS DEMUESTRA que como nación no hemos sido capaces de ser responsables con ella.
Seamos autocríticos y reconozcamos:
-Nos soltaron la rienda y nos desbocamos; hubo estampidas verbales, infamias al por mayor. Luego nos volvimos jueces y de ahí verdugos con la palabra contra todos y por todo.
-A la figura presidencial (que dicho sea de paso, no se ha sabido ganar el respeto por su parte) le aventamos cuánto estiércol nos encontramos.
Pese a todo, y con las redes sociales de nuestro lado, vivimos el lado B de la época de oro de la información.
Es en este sentido que vemos en esos medios alternativos a un quinto poder que, al igual que los otros cuatro, podrían estar a merced ya no del más rico, influyente o poderoso, sino del más hábil.
Claro que, cual si el internet fuera una calle donde no hay nomenclatura ni un sentido identificado para andar en él, se corre el riesgo de dar por hecho una infamia.
También de calumniar al amparo de la libertad de expresión.
Eso sí: Todo esto ya lo quisieran Venezuela, Cuba o la Rusia post Perestroika.
O que alguien me diga si podrían actuar allá como los que aquí critican al presidente, y que de “tonto” o cosas peores no lo bajan.
COLOFÓN
Tan libres son algunos para expresarse que incluso hasta el silencio recurren para darnos a conocer algunos mensajes.
Basta interpretar algunas voces que son calladas o que se callan para saber dónde nos encontramos.
Por su atención, gracias. Por hoy, ¡Bajan! Confesiones, avisos especiales y hasta aplausos a norberto@libertas.com.mx No tengo intermediarios ni acepto asesores.
