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Sección: Editoriales / Opinión Económica

El negocio de remesas y los intermediarios de pagos

Por: Jorge Lera Mejía 04/03/2015 | Actualizada a las 22:47h
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Para muchos mexicanos, las remesas que reciben de sus familiares desde Estados Unidos son una importante fuente de ingresos, además de que se constituyen en una parte crítica de la economía de la región.

Se calcula que las remesas a finales de 2014 alcanzará los 62 mil millones de dólares; gran parte de ese total (23 mil) se destinarán solo a México, lo cual nos coloca en cuarto sitio en la clasificación mundial de remesas del Banco Mundial, apenas por debajo de India, China y Filipinas.

Sin embargo, aunque México se mantiene como el líder de la región de Latinoamérica en recepción de remesas, la lenta recuperación económica de EUA ha impactado fuertemente el envío de dinero al país, tanto en cantidad como en valor.

En México se han visto afectadas la recepción de remesas por nuevas regulaciones de EUA que refuerzan los controles para evitar la fuga de dinero de manera ilegal. Dichas restricciones, abunda el medio, ya están causando el cierre de cuentas de proveedores del servicio de remesas, mientras en México se imponen nuevas comisiones para el retiro del dinero, lo cual obviamente encarece el costo a quienes reciben los fondos.

Un aspecto negativo es la imposición, por parte de los intermediarios de pagos electrónicos y los bancos, de cargos por recibir o retirar tranferencias. Este cargo de retiro es un ejemplo de la falta de transparencia en los costos de enviar que prevalece en la industria de las remesas.

Actualmente, se estima que alrededor de 12 millones de mexicanos y 26 millones de latinoamericanos trabajan fuera de sus países, la mayoría de ellos en EUA. Por ello, tres cuartas partes del dinero que se envía hacia Latinoamérica proviene de ese país. Además, por cercanía geográfica le convierte en uno de los corredores de remesas menos costosos.

En República Dominicana, por ejemplo, el 70% tiene al menos un familiar en el exterior; 40% de ellos ya recibe remesas. El caso de El Salvador, las remesas representan el 17% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Estos envíos de remesas han permitido a familias pobres acercarse a servicios financieros como abrir cuentas de ahorro y solicitar créditos.

En Jamaica, por su parte, los envíos han incluso salvado a la isla de una posible implosión. Sin embargo, como en otras partes, las remesas se redujeron de forma sustancial durante la crisis global. El caso de México, es diferente en cuanto la relación de familias y braceros en EUA, ya que por cada 100 mexicanos viviendo en nuestro país (115 millones  población actual),  viven 13 en los Estados Unidos (actualmente viven cerca de 20 millones de mexicanos legal o ilegalmente en EUA).

Las remesas son, para muchos latinoamericanos, un sustento vital, y se prevé que sigan creciendo una vez que la economía de EUA termine por recuperarse a fines del año 2015.

Quiere decir que el caso mexicano representa que las remesas ocupen actualmente la segunda entrada de divisas y pronto ocupara la primera posición ante la caída drástica de los precios internacionales del petróleo (se registra una caída superior al 50% en los últimos 3 meses).

Sin embargo, para captar los beneficios de los grandes envíos de remesas, como en la casi totalidad de los negocios capitalistas, son dominadas las formas de envíos por una gran compañía transnacional con más de 160 años de existencia, esto es la compañía norteamericana Western Union.

Esta compañía es la de mayor intermediación de envíos y transferencias electrónicas en todo el mundo, y para operar realiza convenios con grandes bancos y empresas comercializadoras de bienes y servicios electrodomésticos en México.

Así Western Union México opera a través de Bancos como Banamex y HSBC, y en el caso de cadenas comerciales lo hace a través de Elektra, Salinas y Rocha, Banco Azteca, Copel, Famsa, y su más reciente convenio lo acaba de hacer con la empresa comercial Waldos.

The Western Union Company y la cadena Waldo’s anunciaron este mes de diciembre de 2014, el lanzamiento del servicio de recibo de dinero o remesas de las marcas Western Union, Vigo y Orlandi Valuta.

En un comunicado, la empresa de servicios de pago en todo el mundo detalla que a partir de ahora los clientes ya pueden recibir dinero en los más de 300 puntos de venta que Waldo´s tiene en México, en un horario de 09:00 a 21:00 horas. Así, los puntos de venta adicionales se integran a la red combinada de Agentes de Western Union en México, la cual sobrepasa las ocho mil 200 localidades.

El vicepresidente y director general de Western Union México, Rodrigo García Estebarena, dijo: "Estamos muy enfocados en ofrecer a los consumidores una mayor comodidad para recibir su transferencia de dinero de una manera rápida y confiable" (Fuente página Economía y Negocios de Univisión).

Anualmente, México recibe un aproximado de 23 mil millones de dólares en transferencias de dinero, lo que lo ubica como el cuarto país entre los principales receptores mundiales en remesas, de acuerdo con cifras del Banco Mundial.

Lo interesante de este negocio, es conocer los costos que cargan estas compañías transnacionales y cadenas grandes nacionales, a los pobres usuarios que tienen la necesidad de ocupar estos trámites para lograr recibir las cantidades que con tanto esfuerzo hacen los migrantes mexicanos para mantener a sus familiares que todavía residen en México.

A los altos costos por el servicio se le agrega la perdida por el pago del tipo de cambio que de forma arbitraria se aplica por dichos intermediarios, sin que ninguna autoridad financiera mexicana intervenga para regularizar este abuso que se hace con los más pobres de nuestro sufrido país…

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT). Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas. Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.
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