El estudio sobre la migración, remesas e inversión productiva: el capital social y desarrollo local, aborda las principales teorías que se han gestado alrededor del binomio migración y remesas en México y Tamaulipas, parte del fenómeno que en los últimos años en México (2000-2014), han cobrado especial importancia las remesas colectivas, que son donaciones enviadas por “agrupaciones o clubes de migrantes”.
En algunas localidades mexicanas como Zacatecas, Michoacán o Guanajuato, constituyen una importante fuente de financiamiento de inversión productiva e infraestructura social comunitaria, especialmente ante la falta de recursos públicos y las crisis recurrentes del sector privado (García Zamora, 2001).
Estas se conducen a través del programa 3x1 de la SEDESOL Federal, desde el año 2002. Del análisis de este tipo de remesas se deduce que tienen un carácter más de paliativo de las insuficiencias del Estado que de impulsor del desarrollo, tal como se adelantó en algunos estudios exploratorios en Centroamérica a fines de los años 90´s (CEPAL, 1999).
Paralelamente al crecimiento de las remesas tanto individuales como colectivas, han surgido varios debates en torno al impacto que estos flujos pueden tener sobre la pobreza y el desarrollo económico. El uso de las remesas es fundamental para entender su impacto en el desarrollo. Estudios recientes consideran que son, en primer lugar, utilizadas para financiar gastos corrientes o diarios, gastos en educación y atención sanitaria.
Desde el año 2002, la SEDESOL Federal opera el conocido programa “3x1 en apoyo a migrantes”, con aportaciones de un peso federal, estatal y municipal por cada peso que invierten los clubes de migrantes. En 12 años de operación del programa se han invertido entre las cuatro partes integrantes más de 12 mil millones de pesos (SEDESOL, Dic. 2014).
En particular en el estado de Tamaulipas, la tendencia de crecimiento del envío de remesas observada del año 2000 al 2007, al igual que a nivel nacional, se ve afectada por la crisis económica de los EUA. Una vez registrado el dato mayor histórico en el año 2007, por 521 millones de dólares, se detiene la tendencia creciente, en el año 2008, 2009 y 2010.
En el año 2011 se inicia una clara recuperación, remontándose el monto de remesas, al pasar de 402 millones de dólares en 2010, a un monto de 444 millones en 2011. Asimismo, en el año 2012, ya se registra un monto de 486 millones de dólares, y cifras al cierre del Banco de México muestran que en 2013, se vuelve a superar el monto histórico del año 2007, al calcularse remesas para Tamaulipas por el orden de 635 millones de dólares.
Cifras recientemente publicadas por el Banco de México, registran que en Tamaulipas se cerró la recepción de remesas en el año 2014, por un monto histórico de 832 millones de dólares, situando al estado de Tamaulipas, como la entidad nacional que más incrementos registró entre los años de 2013 a 2014.
La situación anterior, provoca la necesidad de realizar más estudios serios aplicados al movimiento de la migración y las remesas que esta contrae en favor de los familiares que las reciben. Indagando más en las tendencias a futuro que se darán, sobre el destino y uso de las mismas, tanto en consumo doméstico-privado, así como otros usos como mayor educación, inversión en muebles e inmuebles, y las posibilidades de usos productivos de las remesas de tamaulipecos, que están registrando incrementos de consideración.
Lo anterior nos llevó a el estudio sobre migración y remesas de tamaulipecos para actividades productivas, y así como se terminó la Tesis doctoral del suscrito sobre este tema, también se preparó un Libro Electrónico desarrollado por 5 doctores y cuatro maestros de la UAT.
La obra presenta una visión plural de la información empírica recogida en la investigación de campo, y de los resultados obtenidos del levantamiento de campo de la investigación en el año 2012 -a enero 2013, aplicada a 175 familiares de los ejidos receptores de remesas y 175 emigrantes de Tula emisores de remesas.
El objetivo general de la investigación, fue estudiar el fenómeno migratorio entre Estados Unidos de América (EUA), México, Tamaulipas y en el Municipio de Tula, y la importancia de las remesas en la economía de las familias, y la participación de las redes sociales de migrantes en proyectos productivos. En ese sentido se propuso estudiar a este fenómeno social desde diferentes perspectivas, pero con un solo fin como influir en las decisiones económicas y sociales que beneficien a las poblaciones rurales con alto movimiento migratorio.
El primer capítulo (Dr. Jorge Pérez, Dra. Gpe Ceballos y Dr. Fernando Ochoa), llega a la conclusión que la mayoría de los que migran del municipio de Tula son mujeres, también se caracterizan por ser una población joven, la mayor proporción de la población son menores de 24 años. El principal motivo por el cual migran es para trabajar y estudiar, siendo el principal el primero. Recientemente, los lugares que eligen para migrar son los municipios de Ciudad Victoria y Matamoros.
La mayoría migra por cuestiones laborales, evidentemente con la intención de mejorar su situación económica, principalmente laboran en el sector de la construcción realizando actividades de albañilería y ayudante, también otras actividades como el trabajo doméstico han sido desarrolladas por los migrantes de Tula.
El capítulo segundo, desarrollado por Dra. Aileen Salazar y el Dr. Rogelio Cogco), concluye que el individuo en pobreza construye un esquema de pensamiento acerca del contexto en donde vive, pensamiento que es compartido entre quienes han experimentado similares situaciones de carencias al observar una constancia en ellas.
Quien se valora a sí mismo como pobre construye un concepto de pobreza al identificar aquellas carencias y privaciones en su vida, percatándose de ellas desde sus antecedentes familiares hasta sus actuales situaciones.
Es importante que las Representaciones Sociales (RS) sobre el entorno del habitante en pobreza sea conocida y contemplada por organismos gubernamentales encargados del diseño de políticas para su atención, ya que al entender las carencias y sufrimientos humanos sólo como derivados de las limitaciones de recursos económicos, precisan una visión parcial del ser humano sin lograr una concepción integral del mismo.
Ante los resultados podemos señalar que al querer enfrentar la pobreza no sólo se trata de generar situaciones laborales, o de programas asistenciales principalmente relacionados a dádivas alimenticias o monetarias, sino también voltear a ver aquellas situaciones de relaciones interpersonales y de actividades sociales.
No es una solución integral el sólo generar empleos, sino dónde se generan éstos y qué implicaciones tendrá generarlos principalmente en zonas urbanizadas, o bien, enfocarse a lograr una cobertura en educación básica en zonas rurales, y olvidarse de generar nuevas instituciones educativas de nivel medio superior y superior en lugares estratégicos que beneficien a estas zonas.
En posteriores aportaciones, trataré sobre las principales conclusiones que abordan los especialistas, en los restantes 5 capítulos que se preparó en el mencionado Libro Electrónico, que esperamos sea publicado próximamente por la Editorial de la UAT.
