No es fácil desconectarse de la actividad cotidiana, menos cuando se tiene la costumbre de poder compartir reflexiones con mucha gente. Luego de cuatro semanas y un poco más, aunque los terapeutas consideran que aún hay que tomar otros días, sentimos la necesidad de establecer ese contacto cotidiano, aunque sea pausado, dadas las condiciones de salud actuales.
Muchas cosas suceden a diario y nos quedamos con las ganas de comentarlas, pero lo importante es que ya estamos de vuelta, al menos para nosotros, y que podemos echar a volar la imaginación para incorporarnos de forma total.
Con las elecciones en puerta, los institutos políticos registrados tienen prácticamente ya listas sus nominaciones para las diputaciones federales: 300 por votación directa y 200 de “chiripa”, es decir, por medio del inacabable compadrazgo existente en México desde siempre y que ha logrado, entre otras cosas, que muchos talentos estén desempleados en beneficio de unos cuantos afortunados amigos de las familias en el poder, y cuya incapacidad laboral y ejecutiva es manifiesta, motivo por el que nos encontramos como estamos.
Siempre se manejan muchos nombres de prospectos a una curul, sin embargo, sabemos que algunos de ellos no tienen la mínima aspiración y lo único que hacen es comentar con uno o dos amigos que los ubican en la agenda cotidiana, para lograr al menos, una “chambita” para “pasar la crisis” actual.
De esta forma, hubo de todo en el proceso de selección en los partidos, en donde se puso de manifiesto la falta de interés en una gran mayoría por cumplir como legisladores, pero sí por llegar a ocupar un puestecito de éstos que deja poco más de 200 mil devaluados pesos al mes, aparte las canonjías extraordinarias.
Culpar a los demás no estuvo ajeno al proceso y supimos de quienes tuvieron todo el tiempo para acabar con el enemigo, tanto dentro como fuera de su propio partido político, lo que se reflejó tanto a nivel nacional como en la entidad y e los distritales y demás. El caso es que hubo piedras por doquier para todos los suspirantes a una curul.
También se presentan casos de esos políticos que, en aras de ser considerados el año próximo para las candidaturas a gobernador han tenido que esperar tiempos mejores y solamente fueron mencionados por uno o dos bien intencionados amigos. No llegarían y lo sabían, pero la jugaron para no estar fuera de la jugada.
En esa larga lista hemos visto a quienes realmente tienen merecimientos desde nuestra perspectiva, y a quienes de plano no se les ven tamaños siquiera para llevar a cabo una gestión en Tránsito, es decir, buenos para todo menos para una legislatura. Hay de todo, como en botica, pues.
El caso del PRI en Tamaulipas es el más serio, porque no terminaron con los asuntos que dañan a un instituto político y se pusieron de acuerdo a tiempo para elegir a sus ocho representantes que la jugarán buscando el voto ciudadano, y en el caso de los plurinominales, han tratado de ubicar a quienes tienen merecimientos y que conformen la estructura total, es decir, de todos los sectores.
En el PAN siguen las cosas revueltas y los grupos –tribus, dirían otros- siguen pegándose con todo, a fin de ganar posiciones por el único hecho de ganar por ganar y no por servir. Ya lo conocimos y padecimos durante 12 años.
Del PRD, entendemos que no tiene presencia en la entidad, y que si llegasen a ganar alguna posición será por votos que les favorezcan en esas diputaciones de chiripa, porque por voto directo nunca lo lograrán, dada la mala calidad de su trabajo partidista.
Otros grupos que han renacido para estar pegados a los presupuestos del Instituto Nacional Electoral estarán preocupados por llegar, pero difícilmente lograrán más que lo necesario para conservar el registro, y por consiguiente, los privilegios de tener dinero sin trabajar. Beneficios para la clase política que ella misma se ha acreditado.
La batalla ha comenzado: viene ahora lo mejor, que es la decisión de los ciudadanos.
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