Soy, desde que tengo memoria, cinéfila de corazón. Mis primeros recuerdos de un cinema son las enormes salas en mi natal Tampico: el “Alameda”, el “Tampico”, el inefable “Plaza” y otros más que fueron feneciendo al paso de la modernidad, y que dieron paso a las salas múltiples, que nunca, nunca igualarán aquellos inmensos galerones y sus pantallas –en verdad– espectaculares.
Las ruidosas matinés o bien las funciones de noche; los programas dobles: dos películas por un boleto; los maratones de permanencia voluntaria; los intermedios para ir a comprar palomitas; contar los segundos para el inicio de la oscuridad que abría los caminos de la imaginación.
Hoy, miro con nostalgia como las películas se han reducido al tamaño de una pantalla de celular, o de una Tablet; a lo sumo, una moderna Smart TV o televisión inteligente.
Sí, las salas siguen ahí, más el alcance del cine ha trascendido el límite de los cinemas y gracias a la tecnología, pasaron por los videocasetes, los CD’s, los DVD´s y viven ahora al alcance de nuestros dedos en la gigantesca red virtual de la internet.
Vienen a cuento mis memorias, porque de cine he escuchado mucho en estos días: desde el revuelo causado por las grisáceas y pornográficas sombras hasta el revuelo más fuerte que el cinco de mayo en EUA, causado por el triunfo –nuevamente– de un mexicano en la ceremonia de los óscares, llevándose el máximo galardón de la noche.
Dijo González Iñárritu, que si bien para que alguien triunfe necesariamente alguien pierda, en este caso coincido con él en cuanto a que quienes ganamos somos nosotros, el público, que tiene una nueva oferta de historias para consumir, no le aunque sean dictadas por cánones emanados de una academia de miembros de perfil muy peculiar: gente blanca premiando a gente blanca, citando a un comediante afroamericano. La misma gente que no entiende que los mexicanos nos “llevamos” fuertecito, y se escandalizan con la broma de Sean Penn a su cuate Iñárritu acerca de su Green cardal entregarle la estatuilla.
Esa gringa gente, de todos colores, son quienes se ponen blancos, grises y colorados con la adaptación cinematográfica de la trilogía de novelitas “50 sombras de Gray” de E.L. James. Supongo que la mayoría de los que se inquietan, allá en EUA y aquí en mexicalpan, no leyeron nunca a Barbara Cartland ni a Corín Tellado, por lo menos, o cualquier ejemplar de Bianca o Arlequín, las novelitas de corazón. Ni preguntar por obras más eróticas aún, como “Lolita” de Nabokov o “El amante” de M. Duras.
Sin embargo, el cine es más, mucho más que Hollywood, quien ocupa apenas el tercer lugar dentro de la industria del cine. Antes que él, entérese, está Nollywood, desde Nigeria en áfrica, y Bollywood, en las exótica tierras hindúes, las cuales se yerguen feroces e imbatibles produciendo mayores cantidades de películas que las americanas compañías.
Pues bien, estimado lector, prepárese al cambio de paradigma, porque “cine mexicano” ya no significará más hablar de Pedro Infante, Sara García, Pedro Armendáriz, Arturo de Córdova, sino los nombres de Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Emmanuel Lubezky y Alejandro González Iñárritu. Larga vida al cine universal, más allá de etiquetas de “nacionalidades”, digo yo...
LA CAJONERA:
1.- LA FRASE: “El cine no es un arte que filma vida; el cine está entre el arte y la vida”. Jean LucGodard.
2.- UN TROZO DE POESÍA:“Y seguir,/hacerme fuerte y desdeñoso para resistir/ muchos años más, quizás, este exilio de mi patria:/ el amor de ella./ Oh pianista, ¿volverás,/ alguna noche de feliz estrella,/ a anunciarme su llegada una vez más?” David Jou, “Los ojos del halcón maltés”.
3.- MISCELÁNEOS: DE CHILE- No sé si para celebrarlo o no, pero ya se conmemoran 25 años de que Photoshop de Adobe llegó a resolver los asuntos de edición de imágenes y de paso, alterar nuestra percepción de la realidad. DE DULCE- Felicitaciones a la autora de mis días, que alcanza una vuelta más al sol, así como a Gabriela Millá y Juan Antonio Montoya, quienes a lado de Eugenia, han recibido a la dulce Estefanía. Bendiciones… DE MANTECA- Y porque no todo es cine, le recomiendo el espacio cultural alternativo PROMETEO DESENCADENADO, sito en Berriozábal 14 y 15, donde mes a mes se llevarán a cabo eventos y espectáculos musicales y artísticos, convirtiéndose en una opción para el esparcimiento en esta ciudad capital. Mayores informes de la cartelera en la página de Facebook del mismo nombre.
