Necesario tomar cierta distancia para tratar de analizar con objetividad las circunstancias y resultados de la reciente visita del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong a Matamoros, donde encabezó una reunión especial del gabinete de Seguridad Nacional.
Cabe mencionar que para quienes residimos en esta frontera, resulta de entrada complicado describir con puntualidad y desapego la situación prevaleciente en materia de seguridad. Efectivamente, la presencia de la delincuencia en la zona no es algo nuevo, pero definitivamente, para bien o para mal, la estrategia (o como se le pueda llamar) aplicada por la administración de Felipe Calderón si marcó un antes y un después en esta materia.
Definitivamente, los acontecimientos registrados en las semanas recientes, en las que se intensificaron los choques violentos entre civiles armados en distintos puntos de la frontera tamaulipeca, sí requieren de la presencia y atención de las más altas esferas gubernamentales.
Efectivamente, Tamaulipas no es Michoacán, ni es Guerrero, pero esa es una circunstancia que definitivamente a los ciudadanos de buen vivir no les parece pertinente invocar.
Un día después del encuentro, un connotado empresario de la localidad me comentaba sus impresiones sobre la visita del titular de la SEGOB. "Sentí muy sincero al secretario, y honestamente, es la primera vez que una autoridad reconoce con sentido de autocrítica la difícil situación que estamos viviendo en Tamaulipas", afirmó mi interlocutor, cuya identidad mantendré en la reserva. Sin embargo, también habló de lo que no le gustó: "No entiendo de quién habrá sido la idea de meter a servidores públicos de distintos niveles como paleros o aplaudidores, como si los presentes no los conociéramos o como si nadie se fuera a percatar de eso. Estuve a punto de salirme de la reunión, pero después entendí que eso hubiera sido peor".
Otro de los asistentes al encuentro se dijo convencido de la buena disposición de Osorio Chong por escuchar la opinión de los líderes y representantes sociales que fueron convocados. "Creo que falló la metodología, me queda claro que el secretario no vino a escuchar aplausos, pero la reunión careció de una agenda específica", sostuvo.
Pregunta inocente... ¿Y el CISEN?
Es importante reconocer que el ambiente político y social de Matamoros es sumamente especial. Se trata de un municipio gobernado por el Partido Acción Nacional, y forma parte del amplio corredor electoral que provocó que Tamaulipas se convirtiera en una de las entidades en las que el actual presidente Enrique Peña Nieto fuera derrotado como candidato presidencial, a pesar de ser una entidad gobernada por una administración emanada del PRI, a través de la figura del mandatario Egidio Torre Cantú.
Queda bastante claro que la complicada problemática de la seguridad requiere de mucho más que de la simple voluntad de las partes, aunque también se puede señalar que el caso particular de Matamoros es una muestra clara de lo que ocurre cuando la política deja de ser un elemento funcional en el ejercicio de la gobernabilidad.
Y es que en el tema de la seguridad, cada uno de los niveles de gobierno trae su propia agenda.
Porque aunque de dientes para afuera las autoridades federales, estatales y municipales se juran fidelidad y presumen cordialidad, lo cierto es que su actuación en esta complicada asignatura está lejos de satisfacer las expectativas de la sociedad civil, y de eso está plenamente consciente el secretario Osorio Chong, tal como lo manifestó en su mensaje.
Para ser más claros: cada nivel de autoridad está jalando por su lado. Y la sociedad se ha dado cuenta de ello.
Sólo esperemos que la próxima elección federal no implique un retraso en la entrega de resultados de las autoridades a la sociedad.
La realidad de la frontera es que las inversiones se encuentran estancadas, el turismo luce ausente y el comercio está en espera de un urgente rescate, con todas las implicaciones sociales que ello represente.
Tampoco debemos soslayar que se trata de una región donde se ha complicado el ejercicio del periodismo. La autoridad debe generar las garantías necesarias para que los medios de comunicación cumplan cabalmente con su responsabilidad social de informar veraz y oportunamente a la comunidad, ya que de lo contrario, la posibilidad de una retroalimentación efectiva con los ciudadanos queda severamente vulnerada.
Tampoco se trata de asumir una postura panfletaria, y de pretender señalar de manera irresponsable que las autoridades "no están haciendo nada", pero resulta urgente que de manera coordinada gobierno y ciudadanía trabajen de la mano, llamando a las cosas por su nombre y dejando de lado las tradicionales conveniencias de partido, clan o grupo.
Ya estamos pagando el precio de años y años de simulación... ¿Cuánto más queremos perder en el camino?
Veremos y comentaremos...
DE BOTEPRONTO: ¿Y bajo ese clima se animarán a andar haciendo campañas los integrantes del Club de las Cabecitas Calientes que desean beca de tres años para el congreso federal? Es pregunta...
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