México, (Notimex).- Considerada entre las mejores bailaoras de flamenco del mundo, la española María Juncal cumplirá su sueño de presentarse en el Palacio de Bellas Artes, el próximo 26 de febrero, cuando estrene en México su exitosa pieza “El encierro de Anne Frank”.
Su trabajo estuvo inspirado en un espectáculo de danza contemporánea de los maestros Gladiola Orozco y Michel Descombey (1930-2011), que la bailaora conoció en México hace unos años y hoy es una muestra fehaciente de su madurez y crecimiento artístico.
En entrevista vía correo electrónico, la artista se dijo agradecida con el momento por el que atraviesa su carrera y, al mismo tiempo, emocionada de poder estrenar aquí este espectáculo con el cual le ha ido tan bien donde quiera que se ha presentado.
“Me da un vuelco el corazón, especialmente con una obra a la que le tengo tanto amor y respeto”, comentó Juncal, quien admitió que la pieza ha significado mucho en su carrera.
Otro motivo de emoción, sostuvo, es presentarse en México, país al que siempre se ha sentido muy unida y que siempre la recibe con calidez y cariño. En el escenario, aseguró, siempre pasan cosas únicas y genuinas.
“El público mexicano –abundó- abraza cálidamente al artista, lo arropa y lo trata con respeto y cariño. Su aplauso sincero, cerrado, rotundo y alegre, es lo que espera recibir y para ello no hay más secreto que la entrega total, con amor, pasión, confianza y profesionalismo”.
Sobre la pieza, retomó la joven bailaora, está basada en aquel espectáculo de danza contemporánea que a su vez retomó el diario de aquella valiente niña judía.
“Desde que lo ví decidí llevarlo al flamenco. Lo sentí con rotunda certeza”, recordó la artista, quien desde ese momento empezó a trabajar en su proyecto, dando paso a una pieza de 16 minutos para el certamen internacional de coreografía del Teatro Albéniz en Madrid, donde obtuvo dos premios.
“Desde el principio supe que haría la obra completa, pero me tomé mi tiempo, el tiempo de la vida, de los dolores, las alegrías, las ausencias y las soledades, las sorpresas y el amor, y fue en 2012 que cristalizó”, añadió Juncal, quien la estrenó en Eindhoven, Holanda, lo cual fue una prueba de fuego.
“Ir allí a contarles su historia… De repente sentí miedo”, recordó, pero éste se disipó con el éxito con el cual fue acogido el espectáculo de 70 minutos, que acabó galardonado como The Best Of the fest, y que ha seguido su camino, haciendo gira por Europa, con excelente crítica en los medios “y, lo que es más importante para mí, sintiendo el abrazo y la emoción del público”.
Para María ha sido un trabajo largo, de mucho tiempo, pero ha valido la pena, porque ha superado el reto de llevar este tema al baile, con coherencia, haciendo que transmita el resultado de una búsqueda profunda, larga y maravillosa, objetivo al cual han contribuido tanto el lenguaje de la música como el del corazón.
Y es que para Juncal, la experiencia del flamenco es única; es fuente de vida, que le ha dado razones para luchar por todo; una disciplina apta para todo público, porque vive en tantas almas. “A quien piense que para ver flamenco hay que saber de flamenco, yo le diría que al igual que la vida, sólo se entiende viviéndolo”.
Tras su visita a México, país en el que pretende mantener presencia de una forma u otra, espera retomar su gira por Europa, porque “apenas se cierra el telón ya necesitamos otro que se abra”, concluyó.
La función de Juncal se inscribe dentro de un ciclo dedicado al género flamenco en el Palacio de Bellas Artes, en el que también participan Mercedes Amaya, con el espectáculo “Templanza”, y el Ballet Flamenco Sara Baras, con “Voces, suite flamenca”.
