Los dos pesos de Bartola…

“Si te alcanza pa’ la criada, ¡pos le pagas de un jalón! Tienes peso sobre peso, aunque no pasen de dos. Guárdate algo pa’ mañana; que hay qué ser conservador. Ya verás cómo te ahorras… pa’ un abrigo de visón…” Letra de ‘Peso sobre peso’. Pedro infante. 

LO CLARO. El enhebrado del crecimiento y desarrollo de la sociedad, parte desde lo básico. Desde la prevención de delitos y las estrategias que provean las condiciones de paz, riqueza y tranquilidad a las familias.

Así lo manifiesta el presidente del Congreso Local tamaulipeco, diputado Ramiro Ramos.

En concordancia con las acciones legislativas, mantienen éstos el acercamiento permanente con las fuerzas de seguridad estatales y los demás órdenes del gabinete de Egidio Torre Cantú (salud, educación, economía), en la mira conjunta de impulsar las distintas actividades que promuevan el crecimiento sano de la población en general.

La seguridad no es de manera implícita, el uso de la fuerza física. Mejor dicho, es la garantía de una vida mejor. Desde ahí parte.

LO OSCURO: Lo malo de todo esto, es que para generar las condiciones de riqueza… se requiere dinero.

En reciente encuentro con un legislador federal, aquel confirmó la sospecha que rumiábamos con insistencia. Los contribuyentes de impuestos, lo comprenden una franja muy pequeña del espectro económico nacional. Sume a esto, que las cargas impositivas a los mismos… les aumentaron.

Escuchamos con interés el anuncio espectacular del gobierno federal que gracias a las reformas, la infraestructura nacional creció en muchos kilómetros de carreteras y puentes.

Todo eso muy bien. Pero mal, desde el punto de vista que la lana salió de los mismos que ya aportaban.

Lo reflejan los pésimos números de contribución al gasto, respecto al PIB (el PIB aglutina todo lo que el país genera en un año, en productos y servicios).

La recaudación fiscal de México, es una de las más pobres respecto al mencionado PIB. Representa apenas el 19,6% similar a los países pobres centroamericanos. Datos de la OCDE, quien además, asegura que los números mejor presentados en recaudación fiscal, deberían fluctuar en un 35%; como lo hacen países similares al nuestro.

Si a esas cifras, usted retira la parte que corresponde a los impuestos petroleros, no andaremos más lejos de un 9% de recaudación para contribuir al gasto federal.

Puesto en otra forma: si en su casa, habitan diez personas, sólo una contribuye con un salario mínimo a la manutención, vivienda, vestuario y esparcimiento de la numerosa familia.

En el espectro nacional, el faltante 80,4% es apalancado de diversas maneras: venta de hidrocarburos, remesas de paisanos, inversión extranjera, ¡deuda!

Por tal, resulta doloroso que se anuncie con bombo y platillo que se han experimentado mejoras sustanciales en inversión de infraestructura, en base a la excelente recaudación ejercida en el presente ciclo gubernamental.

Lastimoso, pues obligaron a los ‘bartolos’ a que contribuyamos más, de lo que ya lo hacíamos.

Uno de los asegunes para mejorar, significará una mayor certidumbre fiscal aparejada a la reforma energética y la derrama económica que pretende obtenerse en vistas de una gran inversión extranjera de recursos frescos.

Esperemos los vaticinios se cumplan y por ende, se reparta más la carga.

Quizá no podamos compararnos en el aporte que recupera Dinamarca en impuestos, tasado en 48 puntos del PIB; pero es desastrosa nuestra marca, cuando Brasil nos muestra sus números, en 38% o Uruguay en 29.

El principal factor de elusión y evasión fiscal de los que contribuimos al gasto, es determinado por la percepción generalizada del aún enorme grado de corrupción gubernamental y saber que los recursos irán a parar a un lugar mejor… que nuestra propia bolsa.

Contra eso… deberán hacer una estrategia muy inteligente quienes operan la economía mexicana.

COLOFÓN: Ya una vez, el secretario de Hacienda de Calderón (Ernesto Cordero) aseguró que con 6 mil pesos, hasta colegio pa’ los niños alcanzaba.

“La pobreza es un mito genial” lo dijo otro gran economista, de apellido Aspe.

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