No es fácil gobernar y lo entendemos, aunque a veces nos gana el espíritu y nos quejamos quizá demasiado, pero finalmente, entendemos que quien tiene a su cargo esta difícil encomienda no la tiene tan fácil, porque entre otras cosas, debe consensar, promover que todo mundo pueda hacer lo que debe hacer en beneficio de todos, o al menos, la gran mayoría, y el ejemplo más claro lo tenemos en la avenida Tamaulipas, conocida como “el ocho” y que se ha convertido en motivo de comentarios y formas de transportación de miles a diario.
Quienes tenemos necesidad de utilizar esta vía hemos visto su transformación, y hay que reconocer que con todo lo que se ha hecho en ella, al tiempo vemos que realmente valió la pena la espera, aunque somos de la idea de que algunos ingenieros de tránsito se pongan a trabajar y mejorar lo que ya existe, y que en ciertos tramos afecta a algunos de nosotros.
No sabemos cuál es el criterio para acomodar boyas por doquier, y en el caso del tramo donde se encuentra el centro comercial Palmas vemos que se han cerrado accesos para promover uno solo que realmente necesita mucho ingenio para ser como el resto de la avenida.
El alcalde Alejandro Etienne ha entendido que los comentarios de la ciudadanía resultan muy útiles para gobernar, sin embargo, a veces hay que afectar los intereses de unos por el bien de otros, y tomar la decisión implica muchas cosas, sobre todo, hacer entender a los menos que los cambios son para ayudar a los que son más, ya que, finalmente, hay que gobernar para todos, y si no es posible, pues al menos procurar que una gran mayoría quede complacida con lo que se realiza.
Y sucede en cualquier colonia donde se hacen calles, se pone alumbrado y más obras de toda índole.
Cuando construyeron los accesos del Boulevard Tamaulipas hubo muchas voces de inconformidad que hoy disfrutan lo fluido del tráfico, a pesar de que manejamos “un mundo” de egoístas que pensamos que somos los únicos, otros, lentos como tortugas que no sabemos respetar a los demás y sus espacios, y uno que otro cafre que maneja como si fuera a recibir herencia: pese a éstos, la vialidad es de muy buena calidad, a la altura de las mejores ciudades del mundo.
Sí, cierto, habría que cambiar algunas cosas como quitar un semáforo inútil o correr accesos para que se beneficien quienes estaban antes beneficiados y ahora no tienen las mismas facilidades.
Hay que entender que se diseñó y construyó de acuerdo al criterio de gente que no vive cerca del Boulevard, pero que hizo su mejor tarea aunque no sabe lo que es batallar diario en estos accesos.
El alcalde tiene que manejar las cosas para que quedemos todos –o casi todos, repetimos- conformes con el destino que se da a nuestro dinero, y nada fácil es la empresa, porque, insistimos, siempre hay alguien que le gusta poner “peros” en todo lo que se dice o hace, en todo lo que se planea, y en el resultado de una obra o gestión
Esos nunca faltan y lo sabemos.
Alejandro Etienne quiere dejar una buena huella y para ello se requiere trabajar como lo hemos sentido: de corazón y con amor a Victoria, sin dejar a un lado la parte práctica que resulta fundamental. No podemos gobernar únicamente con el espíritu: se requiere dinero y talento para emplearlo adecuadamente, y en eso, tienen que ver muchas personas, manos que tienen injerencia en los presupuestos y obras municipales y más allá.
Porque del gobierno estatal podemos decir únicamente que se ha concretado a dejar recursos, inversiones y muchas pero muchas obras que a veces la gente no quiere ver, pero que están ahí para el disfrute y beneficio de los victorenses.
Insistimos: no es fácil, pero entendemos que se puede hacer, y para muestra basta lo que estamos ya disfrutando, aunque falte la inauguración oficial.
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