Mérida (Notimex).- Un concierto versátil, plagado de jovialidad, alegría y fiesta musical ofreció anoche la Banda Sinfónica Juvenil de Yucatán (BSJY), en lo que fue el cierre de su ciclo de presentaciones 2014, año en el que perdieron a su fundador Luis Fernando Luna Guarneros.
Decenas de amantes del canto que gozan de la fusión de los metales con las percusiones, aplaudieron el crecimiento generalizado de decenas de jóvenes que conforman el Programa Estatal de Bandas Sinfónicas de la Secretaría de la Cultura y las Artes, del cual emana el talento de la BSJY.
El recital tributo a su fundador fue celebrado en la sede parroquial de San Juan Pablo II, al poniente de la capital yucateca, e inició con una fiesta ochentera, con temas como “Disco Infierno” y “Star in Live”, dirigido por Juan Diego Beltrán, batuta de la Banda Juvenil de Molas.
Por su parte, el director de la Banda Sinfónica de Teabo, Emmanuel Zamora Hoil, cautivó con un popurrí de boleros, con el que inevitablemente puso a cantar a los asistentes melodías tales como “Amorcito corazón” o “Sabor a mí”, entre muchas otras.
Esta parte del concierto estuvo acompañada por las voces del Coro Filarmónico de Yucatán, así como el Coro de Niños de Tixkokob, quienes contagiaron con su alegría al escucharse “Sleigh Ride”, la cual estuvo dirigida por el director invitado Francisco Gamboa Fierro.
Sin embargo, fue la segunda parte del programa, con la Banda Sinfónica Juvenil o la “Banda Grande” como se le conoce, que permitió apreciar el alto grado de ejecución alcanzado por los jóvenes al interpretar “Otelo”.
A esta pieza, creada para una de la obras más emblemáticas del teatro inglés y de su represente William Shakespeare, siguió una Fiesta Mediterránea, de un autor español conocido como Manuelillo, y cuyo tema principal es la lucha de moros contra cristianos.
De esta manera, la lucha que llevó a la conquista de la llamada “madre patria”, favoreció la dirección de Irving Guzmán Dzul, quien permanece al frente del proyecto, tras la muerte Luis Luna Guarneros, creador del programa de bandas sinfónicas juveniles y director de la BSJY, ello en noviembre pasado.
La versatilidad de los jóvenes se demostró con un nuevo cambio de ritmo, al ofrecer un popurrí de mambos denominado “El rey del Mambo”, con el cual la banda sinfónica juvenil evita que el ritmo desaparezca del gusto de las nuevas generaciones.
Un popurrí de festivos villancicos fue el colofón de la noche, donde las voces de ángeles del Coro de Niños de Tixkokob y del Coro Filarmónico de Yucatán, se sumaron en un homenaje al trabajo creativo de Luna Guarneros.
Para Guzmán Dzul, la temporada 2014 fue un año difícil con la pérdida de su fundador, cuyo objetivo central, dijo, debe continuar con la formación y el desarrollo del talento juvenil, dotándolo de las capacidades musicales “para salir adelante”.
“Tuvimos una pérdida muy grande, pues el maestro Luna Guarneros era el patriarca de esta arca, pero a su vez, estamos felices de que estos discípulos suyos sean felices, sigan tocando y esforzando por desarrollar al máximo su potencial y capacidad”, apuntó.
Uno de los grandes logros de 2014, afirmó, es el poder dar continuidad al trabajo de las bandas juveniles en las localidades de Texán, Progreso, Tecoh, Tixkokob y Molas, y que aportan a la “Banda Mayor”, los 50 integrantes que la conforman.
